Capítulo XI

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El silencio se hace entre ambas chicas acurrucadas en la cama, ninguna de las dos puede dormir y es que las preguntas rondan sus mentes intensamente y aunque no hablen de aquello ambas están asustadas sobre cómo serán las cosas mañana.

En ese silencio cómodo es que Camila decide hacer un movimiento audaz y es que no encuentra otra forma de pagarle a Lauren por todo lo que ha hecho por ella, tratarla como una princesa, como si esa noche fuera una cita, escucharla y hacerla sentir mejor y por supuesto salvarla, aunque fuera por esa noche.

Camila quisiera creer que eso es lo que la hace tomar esa decisión, la sensación de que está en deuda con Lauren, pero también esta las intensas ganas querer sentir a Lauren más cerca, el temor de que quizá sea la última vez que sentirá algo como esto, la curiosidad, la ojiverde parece un buen primer beso para la Cubana, así que decide apagar su cerebro unos segundos y hacer lo único que rondaba su mente durante la última media hora.

La morena se voltea quedando con la mitad superior del cuerpo sobre el de la ojiverde, y está no alcanza a reaccionar para cuando siente los más suaves labios que nunca había probado sobre los suyos, moviéndose con afecto. A Lauren le toma un par de segundos reponerse y corresponder el beso y aunque sabe que debería detenerse porque Camila está en un momento sensible y probablemente confundida, la sensación es abrumadora y no puede resistirse.

El beso comienza suave y con afecto, pareciera que sus labios encajan perfectamente y el sabor de la boca de Camila es algo que Lauren nunca había sentido antes. Todo es tan suave y delicado, tan tierno y a la vez tan sexy, tal como Camila. Los inocentes besos siguen y para sorpresa de la ojiverde Camila es la que se hace cargo y poco a poco las cosas van escalando. Ahora Camila está a horcajadas sobre ella rascando delicadamente su nuca con la mano derecha mientras con la izquierda toma parte de su melena para acercarla más a ella y las manos de Lauren cobran vida propia y se van hacia la cintura de la morena para acariciarla, desde los huesos de su cadera hasta su columna, las manos de Lauren tantean el sector y Camila suelta un gemido al comenzar a rosarse sobre los muslos de la ojiverde y es algo que la nativa de Cuba nunca había sentido antes. Un calor abrumador en su centro y las intensas ganas de querer liberarse, sus leguas llevan un tiempo luchando por la dominancia y la falta de aire no es una excusa suficiente para querer dejar la boca de la otra.

Y solo basta que Lauren apoye una de sus manos en el pecho izquierdo de Camila dandole un leve apretón para que esta última suelte un suave gemido que despierta a la ojiverde de su trance.

Cuando el cerebro de Lauren logra procesar lo que está ocurriendo rápidamente se separa de la ojimarrón y la hace detenerse.

"N-no Camila, para por favor" dice entre dificultosos respiros "No podemos h-hacer esto, lo siento" y Lauren está luchando con la urgencia que siente de tomar a Camila en sus brazos y seguir besándola.

Cuando la ojiverde ve la mirada rota de Camila y el dolor que transmite siente su pecho contraerse y el dolor es intenso, nunca en un millón de años querría ella ser la causante de herir a la morena, en tan solo unas horas Camila ya ha logrado tomar un lugar especial en su corazón y a Lauren le asustaba intensamente saber qué haría cualquier cosa por ella, pero ese es un pensamiento con el que podría luchar mañana, ahora lo importante son las cejas surcadas de Camila y como sus ojos se están tornando vidriosos.

Y Dios lo único que quiere Lauren es tomar a la Cubana entre sus brazos y abrazarla, pero no sabe si estará traspasando algún límite y decide por lo contrario, justo ahora lo que Camila necesita es que Lauren sea sincera y eso es lo que la ojiverde hará.

La compro (Camren) DISCONTINUADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora