Walkers.
Solía vivir en paz con mi madre, mi hermano y mi tía en Atlanta. Éramos felices, nos reíamos al fin... Hasta que llegaron ellos. Esas bestias. No hay palabra que las defina mejor. Bestias.
Un maldito virus azotó a todos los que conocíamos. Nuestros amigos, vecinos, fueron contagiados, al poco tiempo murieron, y luego... Revivieron. Pero no eran ellos. Otra cosa los controlaba. Padres de familia que mordían, rasguñaban y comían a sus esposas, hijos... Y todos terminaban igual. Con mi familia supimos mantenernos en pie durante un tiempo... Hasta que llegaron ellos. Se hicieron un festín con mi madre, con mi hermano... Y si no hubiera sido por mi tía, conmigo también. Ella me salvó. En esa época tenía tan solo 10 años. Y ambas nos volvimos en contra al nuevo mundo.
Desde entonces pasaron tres años. Durante ese tiempo, fuimos a buscar refugio a un supuesto campamento en las afueras de Atlanta... Y estaba destruido. Buscamos ayuda en el Centro de Control de Enfermedades... Y ya era un punto muerto. También estaba destruido. Viajamos con un grupo de personas por el condado de Georgia, hasta que por fin encontramos un lugar 'seguro': Woodbury. Ese lugar estaba controlado por un tipo que se había llamar Gobernador, con sus fieles seguidores: Merle, Milton, Martínez y Shupert.
El supuesto lugar 'seguro' era gobernado por un loco de mierda que casi mata a todos, asique una noche decidimos escaparnos con mi tía, y lo hicimos. Tardamos un tiempo buscando el famoso lugar del cual hablaba el Gobernador, una prisión segura al oeste de Georgia. Cuando por fin llegamos, también nos encontramos con el caos. Estaba destruida, llena de los come carnes. Estúpidamente, fuimos a buscar ayuda, buscando si había alguien vivo, pero nos encontramos con puros muertos... Y uno de esos hijos de puta mordió a mi tía.
Llegamos juntas al medio del bosque, hasta que ella no pudo más. No me atrevía a dispararle, no quería quedarme sola. Ella ya estaba en sus últimos minutos y me sentía inútil, sin poder hacer nada.
-Cariño, deberás hacerlo...
-No puedo Erin... No puedo hacerlo...
-Si... Si puedes. Eres fuerte, eres valiente y muy inteligente... Podrás seguir sin mí, sé que lo harás...
-No puedo tía... Ya murió mamá, Joey, y ahora... Tú también... No quiero estar sola, no podré hacerlo.
-Cariño... Sé que debía haberte dicho esto hace mucho tiempo pero... Tú no estás sola. Tu padre... Tu padre está vivo.
En esos momentos, el corazón me dio un vuelco completo. Me quedé helada. No podía moverme ni musitar sonido alguno. Solo escuchar.
-Él... Estaba esa prisión... Es un sobreviviente... Eres fuerte como él, por eso sé que sobrevivirás...
-... ¿Cómo sabes que estaba ahí?
-Su hermano... Era el manco del pueblo... Esa vez que hubo los problemas en Woodbury, estaba tu padre... Pero fui muy estúpida, no te dije. Debería haberlo hecho. Lo siento, cariño - Continuó - Debes buscarlo... Él está... Vivo...
-Tía, no... Por favor...
-Es... Dixon... Daryl Dixon...
Cerró sus ojos y efectuó su última respiración. Quedé con su cuerpo hasta que revivió, y con mi última bala le di el descanso que merecía.
A partir de ahora estoy sola. No más juegos de niños. Por ellos... Mi madre, mi hermano, mi tía... Debo salir adelante. Sé que podré hacerlo, oh al menos, lo intentaré. Lucharé. No me daré por vencida. No lo haré.
Seré yo contra el mundo... Y por más que cueste, venceré. Debo hacerlo. Voy a vencer a toda esta mierda.
Buscaré a mi padre.
Y lo más importante, sobreviviré.
