Un lobo solitario se para en la colina mirando hacia el vació esperando la llegada de la creación, la hora en que terminara su soledad y commensara su compañía. Este ser fue el primero en nacer para poblar la infinita realidad, el hijo de los sueños crecientes.
Miles de luces aparecen por encima de el, lentamente empiezan a crecer y de una de esas luces surge un ave hermosa y resplandeciente que con el tiempo fue tomando la apariencia majestuosa,sus plumas tomaron un intenso color rojo y un azul tan bella como la melodía que lo rodeaba. Este fue el segundo habitante de la realidad, el encargado de hacer brillar las estrellas, el ave estelar.
De la oscura tierra en el fondo de la colina aparece un bulto en la tierra queriendo salir, rompe el piso y da un gran salto, un conejo se rebela, tan blanco como las estrellas y tan negro como la tierra que lo creo, pero también tenia el arcoiris y la fascina-ción del color. Al tocar la tierra con sus patas con un ruido sordo nuevamente una gran oleada de colores surgió dando origen a la acuarela que es el mundo. Este fue el tercero, el creador del color.
Paso mucho tiempo desde aquello y ahora todo el mundo que conocemos esta abitado por criaturas mágicas que si ponemos atención podríamos conocer.
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