Hinny.6 : Un nuevo Potter : Parte 3

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Habian pasado más de tres semanas sin rastros de Harry, y Ginny se encontraba en Noruega, las escalas a montañas se habían clausurado por fuertes tormentas y lluvias.
  Ya era la madrugada y Harry partía hacía donde el camino lo llevará, no tenía idea hacía donde iba, solo iba a buscar un camino para poder volver con una muchacha peliroja que lo traía loco. Extremadamente loco.

Ginny se encontraba en el hotel donde se había quedado por una noche, era una madrugada bastante fría, pero el frío no le impediría salir a buscar a Harry, solo pensaba "Harry está vivo, tú hijo James va a tener su padre" . Ginny se había pasado toda la noche buscando nombres para su hijo con tal de distraerse, hasta que decidió por James, claro, el padre de Harry, todo un héroe, como su esposo.
-Vamos por papá - Dijo la peliroja al frente del espejo buscando un poco de calma mirando hacia su vientre.
  Salió de aquel hotel y rápidamente se dirigía a la cabaña que habían pensado en estar con Harry, pero no pudieron, tenía algo de esperanza dentro de ella.
   Al llegar a la cabaña tocó la puerta y nadie le atendía en la puerta, no se escuchaba un mínimo ruido, y así sus esperanzas se fueron hacia el vacío que sentía dentro de ella.
   Buscó entre objetos por si encontraba algo de Harry, y así fue, encontró una foto de ella misma, bastante vieja la foto en la cuál se daba la vuelta y sonreía, una fotografía que sus hermanos le habían tomado en navidad, cuando cursaba su sexto año, el año que ella y Harry empezaron una relación. Las lágrimas aparecieron obviamente y lógicamente hasta que oyó unos ruidos de afuera. Sacó su varita y no encontró a nadie, dió la vuelta alrededor de las cabaña tan solitaria y nada ni nadie, ni una sola alma.
     Volvió a entrar a la cabaña y se encontraba una persona con muchas camperas encima.
      -Hola - Pudo emitir la peliroja.

Harry ya había salido de la cabaña, solo había hechos unos pocos pasos, y se lastimó una pierna en una fuerte caída, decidió volver a la cabaña, tal vez pudiera reponerse allí y emprender camino de vuelta.
     Al llegar a la cabaña vió la puerta abierta, no le importó, suposo que fue el viento, miró hacia un costado buscando algo con que ayudarse, y solo vió la foto, la foto de su peliroja riendo, y los recuerdos de aquel sonido tan agradable y placentero para los oídos del azabache de aquella peliroja riendo fueron más que suficientes para que se sentiría más que solo.
      Trató de buscar las miles de maneras para reconfortarse y tener fuerza pero nada, hasta que escuchó un simple: "Hola" de una voz que lo volvía loco, apareció en su cabeza aquella sonrisa tan grande y hermosa, el sonido de una voz dulce diciendo su nombre y riendo, el sentimiento de tener los labios más cálidos en sus labios.
    Levantó la vista e inmediatamente sintió un especie de calor en su hombro. Ginny, su Ginny, estaba parada detrás de él, después de sufrir el frío por unos cuantos días sintió un calor más fuerte que el mismo sol.
   Tomó la mano que estaba en su hombro y un escalofrío apareció, hacía tanto había deseado tener ese calor en él.

  
    Ginny no daría vueltas, así que tocó el hombro de aquella persona escondida en camperas que no le permitían saber quien se encontraba delante.
     Sintió que la persona de adelante tomó su mano, una mano que miles de veces había tomado en sus peores momentos, en cuando el dolor aparecía esa suave piel rozaba su mano y sentía que todo en el mundo estaría bien si solo tenía esa mano junto a ella.
       Dió vuelta a quien tenía delante y se encontró con la persona que más necesitaba, esos ojos especialmente verdes, un azabache que le había enamorado desde que tenía memoria, un pelo despeinado peli-negro. Harry, Harry Potter el hombre que más había necesitado durante días tan largos estaba delante de ella.
        -Harry - Solo dijo.
Y no necesitaban palabras, solo se besaron, un beso que dijo todo lo que no dijieron en días. Un beso tan cálido que ni el sol mismo podía igualar aquel calor que sentían dentro de ellos.
     - Harry, estás conmigo, Harry, Harry, ¡Harry! - Las lágrimas caían de la peliroja, lo había necesitado tanto que necesitaba demostrarle la falta que le hacía en su vida.
      -Siempre, siempre estaré contigo - Y otro beso volvió a surgir.
       -Harry, necesito decirte algo, es muy importante - Harry se preocupó, podía caber la posibilidad de que aquel mortífago hubiera atacado y haya muertos por su culpa, o así pensaba él.
      -¿Qué? ¿Alguien atacó? ¿Pasó algo malo? ¿Ron y Hermione?, ¿Que estoy diciendo, tú estás bien?, ¿Murió alguien?
     -Har... - La peliroja trataba de hablar pero Harry interrumpía.
     -¿Todo en casa está bien?, ¿Y La madriguera? ¿Molly y Arthur, les pasó algo?, Dime qué es porque te aceptaron en el equipo de Inglaterra para ir a los mundiales, si es eso ¿no?
     -Harry, no es eso, es algo mejor, pero tienes que escucharme primero - Dijo una peliroja calmando al azabache mientras sostenía su cara en sus brazos. -Manten la calma, solo eso - Harry asintió a punto de hablar, pero al ver la cara de Ginny, optó que era mejor solo escuchar.
    -Escucha Harry, mirá, no sé cómo decirlo, a ver, hice una prueba de embarazo - Ahora si Harry se escuchaba escuchando atentamente a su peliroja - Y resulta, que James viene en camino.
    -¿James? ¿Quién es James? - Preguntó el azabache confundido, pero vió la cara de Ginny y entendió, a que se refería, tendría un hijo llamado James, como su padre y el nombre había sido elegido por Ginny, la persona que nunca se arrepintió de amar. - No me digas, James, James, ¡James Potter viene en camino! ¡Tendré un hijo! ¡Un hijo contigo Ginny! - Alzó a su peliroja y la besó cuanto más pudo.
         Minutos más tarde la tarde se encontraban curando la pierna de Harry, aunque se interrumpían dándose un beso de por medio de la curación. Toda la felicidad fue destruida al sentir un fuerte portazo que derribó la puerta. Un mortífago se encontraba en la cabaña. Un temor en Harry recorrió su cuerpo, estaban su hijo y esposa junto a él, no las perdería. El azabache estaba delante de la peliroja, protegiendo a ella y su hijo. Y sin más esperarlo, vió como el mortífago levantó su varita, lanzaría la maldición asesina, no había duda, y Harry se encontraba sin su varita.
    En un abrir y cerrar de ojos, Ginny se paró delante de Harry recibiendo una fuerte luz verde en su pecho.
     -¡Ginny! - Gritó aquel azabache, arrodillado al lado del cuerpo de su peliroja, las lágrimas aparecieron al ver como su cuerpo no respiraba y se tornaba de un color pálido al igual que la nieve. -Vuelve Ginny, tienes que estar conmigo, juntos, con James, no te permitas estar sola, Ginny, por favor - lágrimas tras lágrimas salían de su rostro, no había rastro de vida en la mujer que amaba, y no se quería que así fuera. - Mátame - Levantó la vista al mortífago - ¡Hazlo de una maldita vez!, Mátame y cumplirás por fin la misión de tú señor, estúpido mortífago, ¡Mátame! - repitió el azabache tomando la mano de Ginny.
  Y en segundos la sala se inundó con la luz verde disparada hacia Harry, había muerto, junto a la mujer que amaba, había muerto.

Toda la sala se volvió blanca, como cuando recibió la maldición asesina de Voldemort, pero no estaba Dumbledore, estaba solo, y oyó una voz, Ginny, su peliroja decía su nombre y se sentía tan bien oír una voz tan confortable.
   Rápidamente corrió hacia donde venía esa voz y encontró a una peliroja con un vestido blanco, que solo le quedaba perfecto, resaltaba esa melena que por años estuvo en su cabeza. Ginny alzó un niño y rápidamente Harry se encontró confundido.
       -Hola - Dijo la peliroja acariciando la mejilla del azabache - James, saluda a papá.
       -¿Papá? - Preguntó el niño igual a Harry, salvo por los ojos.
       -Si hijo - Resonó esa palabra en la cabeza de Harry, escuchar decir hijo de parte de Ginny era el mejor regalo. - Por fin papá vino por nosotros.
    Lágrimas aparecían en el rostro de Ginny.
- Ahora podemos estar en familia.
      Y sin más pensarlo, los tres se hundieron en un abrazo, pero Harry tuvo que separarse vió a Fred, Dumbledore, Sirius, Remus, Tonks, Ojo loco, Severus, Dobby, y lo más importante, sus padres, todos vestidos de blanco.
     - Estaremos todos juntos - Dijo la peliroja.
   
Y sin más, así murieron Harry y Ginny, pudieron reencontrarse con aquellas personas que se arriesgaron por verlos vivos. Volvieron con su familia. Todos juntos de nuevo. De alguna manera, siempre lo estuvieron, siempre.
   

      

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⏰ Última actualización: Mar 01, 2017 ⏰

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