🌸El Diario De Kim TaeHyung🌸 [VHope/Terminada]

🌼Prologo🌼

TaeHyung quien hablaba en frente de sus compañeros, narrando una poesía romántica que le había pedido él profesor, él no sentía vergüenza, al contrario, amaba leer cosas románticas ya que él solía pensar que él chico que él amaba se lo dedicaria.

-Aplaudió él profesor. —Muy bien TaeHyung, tienes un buen vocabulario.—Anoto en su libro, colocando una nota positiva.-vuelva a su asiento.

—Si profesor.

Él camino a su puesto, y al llegar suspiro nervioso, ya que a su lado estaba su gran amor platónico, ¿Porque platónico?...

—Oye idiota, lees bien, creí que eras  iguales que estos pavos -hablo Jung Ho Seok- te felicito rarito.

Por eso, él era uno de esos matones que suelen molestar a todos los compañeros, aun así Tae no se quejaba, él lo amaba y aunque su mejor amigo le decía "él nunca te tomara atención, sufrirás si sigues enamorándote de el" TaeHyung jamas le haría caso.

🌸17:30 p.m🌸

Tae quien se encontraba caminando hacia su casa, que solo faltaba unos cuantos metros por llegar, él era muy inocente para ser exactos, y también muy educado.

Por otro lado, Hoseok quien pateaba piedras que hallaba por él camino, sin darse cuenta una piedra le llego a Tae en sus lentes, haciendo que cayera al suelo.

—N-No... Mis lentes -Tae se los quito y de a poco sus ojos empezaron aguar pocas lágrimas.

—Mierda -Hoseok quien seguía parado se lamentaba mucho al hacer eso, aun así no estaba dispuesto a quedarse todo él día.- Tae que idiota eres, fijate por donde andas -Aun así hoseok sabia que era su culpa, aunque él no quería asumir nada.- ven, levantate.

Le extendió su mano y Tae muy nervioso se la aceptó, parándose algo brusco pero bien.

—¿Ho-Hoseok?

—Si, soy yo -las manos del menor empezó a recorrer él rostro del mayor.- hey, hey no me toques -aparto sus manos.- es tarde debo irme

—Pero... No logro ver casi nada, ¿como llegare a casa?

—Pues caminando

—U-Uh... Esta bien.

Tae empezó a caminar, haciendo que sus brazos se separaran para no chocar con nada, mientras que hoseok observaba de lejos, raramente le dio una pena verlo así.

—¡Raro! ¿Donde queda tu casa?