Después de siglos de guerra, matanza, contaminación y peste, los humanos por fin lo consiguieron. Hicieron del aire irrespirable y provocaron lluvias ácidas que arrasaron con casi toda la vida animal y vegetal en el planeta.
Solo unos pocos miles sobrevivieron a la debacle refugiados en búnkeres construidos bajo tierra que atesoraban los adelantos y la historia de esa civilización agonizante a la que, eventualmente, comenzaron a nombrar como "Los Antiguos".
Cuando la Tierra, pasados los siglos, se hubo curado a sí misma, las nuevas generaciones fueron capaces de subir al exterior y, basado en no repetir los errores del pasado, y en el conocimiento intelectual y científico traspasado de padres a hijos, un nuevo mundo se fundó y bautizó como "Sorianne".
Pero algunas familias privilegiadas aseguraron que, durante el periodo subterráneo, tuvieron contacto con una divinidad creadora a la que llamaban "Alamna", y que recibieron de esta instrucciones precisas mediante las cuales la historia de muerte y depredación no se repetiría. Los descendientes de dichas familias fueron entonces considerados semidioses y se les asignó el encargo de velar por la pureza de la sangre a lo largo de las generaciones venideras.
Fue así como una nueva religión surgió y, de la mano de renovados fundamentos políticos, estrechamente vinculados a los derechos de sangre, la superioridad de unos pocos fue instaurada por encima de las necesidades de los "no bendecidos" que, al no poseer la divinidad de Alamna en sus venas, fueron señalados con desprecio como "marcados", siendo víctimas de discriminación por parte de los autodenominados "sangre pura".
Sin embargo, no todos estaban de acuerdo con los derechos sanguíneos que asistían a los líderes políticos y religiosos de Sorianne, y fue así como se formaron facciones que exigian igualdad y libertad de decisión para el pueblo. El mundo entonces se dividió en dos grandes continentes: el opulento Imperio de Renna, bajo las órdenes del alamnista e inquebrantable Bastión Supremo, y las Tierras de Alendrea, llamadas también "Las Tierras Herejes" por la barbarie e insania de sus habitantes liderados por el legendario, y voceado como inmortal, Alvarén Morgano, el Rey Hereje.
Como siempre sucede, el hambre de poder, la soberbia y la ambición se abrieron paso y, de entre ellas, otros muchos evidenciaron la existencia de un antiguo y poderoso ser que surgía para reclamar su posición como deidad por encima de Alamna y prometía anarquía para quienes lo adorasen: Zordán, el amo de la oscuridad.
Sin duda alguna, los humanos aún tenían mucho que aprender.
A Manuel y Catalina a los que, para empezar, les debo la vida, seguida de todo lo demás.
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Bajo la luna de Alamna © (Actualizaciones lentas)
Fantasy«En una sociedad teocrática, en donde los llamados «Sangre Pura» son considerados dioses vivos, y gobiernan con prácticas institucionalizadas de depravación, discriminación y abuso, Erika Orbón fue comprometida al nacer para unir su casa en matrimon...