La librería

Capítulo 3 Gabrael

Me siento tan extraño despues de haber salido de la libreria, todo a pasado muy rápido y no se bien que a pasado, solo se que a las 8 tengo que pasar a por Beth. Miro mi reloj, mierda, llego tarde al gimnasio, mi hermano me mata, dudo mucho que se crea lo que me acaba de pasar, seguro que pensara que solo e quedado con ella para llevarmela a la cama.

Entro por la puerta del gimnasio y como yo ya sabia, Dominic esta esperándome.

-Llegas tarde, ¿se puede saber donde demonios estabas?- me replica cabreado.

-Dando un paseo- le miento, si le digo la verdad tendré problemas, conozco a mi hermano.

Dominic no se parece nada a mi, bueno más bien yo a el, me saca 10 años de diferencia, es el primer hijo de mi padre con otra mujer años antes de conocer a mi madre, el se parece a mi abuelo, es puro escocés como el, y siente la misma pasión por ese pais el cual mi abuelo amo tanto. Mi madre en cambio es otro cantar, odia escocia, con 16 años salió del pais en contra de mi abuelo y no a vuelto jamás. Dominic es completamente pelirrojo y de ojos verdes, mis sobrinos son iguales a el a pesar de que la madre era de pelo negro y ojos aún más negros que la noche. Mi hermano es viudo, ella murió cuando dio a luz al segundo nene.

-¿En qué piensas?- me pregunta, me pilla desprevenido la pregunta, no sé en que estoy pensando.

-¿Eh?, no nada, todo bien- no se ni porqué le respondo eso la verdad. Desde que he hablado con Beth estoy en otro mundo la verdad no se porque.

- Ya, claro, y yo nací ayer. Venga va, ¿que te pasa?- me dice molesto.

-Nada de verdad Dom, dejalo- le digo de mala manera.

-Bueno esta bien, como tu quieras tio, empieza con los ejercicios, por llegar tarde tienes castigo.

-Oh¡ venga ya, ¿en serio?, dios, si lo se no vengo. Me tendría que haber quedado en la librería...- digo sin darme cuenta, tarde me doy cuenta de mi error.

-¿Qué librería?- me pregunta curioseando.

A veces mi hermano me desquicia, cuando le sale su vena de vieja cotilla y es desquiciante la verdad, mi padre mas de una vez le a dado un coscorron para que dejara de preguntar algo.

-Venga hermanito, cuentamelo tampoco será para tanto.- me dice, parece ser que tiene que saberlo todo porqué si.

-No quiero hablar de ello, ¿vale?- le digo, ya un poco arto la verdad, siempre esta igual, no siempre se lo quiero contar todo.

-Tiene que ser algo gordo para que estes tan molesto solo porque te pregunto- me dice- de acuerdo, allá tu, a entrenar venga que te quedan un par de horas aún.