Tóxico

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Hay cosas que nadie puede ver, secretos oscuros. ¿Sabrías como escapar de una prisión? ¿Liberarte mentalmente? Porque yo no podría y me hacía pensar que no podría respirar, me oprimía.

Hace un tiempo, tuve una relación en la que sentía que mis pensamientos no eran míos, eran suyos y él decidía por mí. No sabía admitir que estaba rota, en una especie de depresión. Le contaba a todo el mundo que estaba bien, aunque no era así.

No fue hasta cuatro meses después de la ruptura cuando supe la relacción que tenía.

La relacción empezó en el primer trimestre, cuando estaba en el primer año de bachillerato. Benjamín parecía un buen niño pero, tenía otro lado, el cual poca gente conocía.

Ante la gente era un niño bueno, educado, al que le iban bien los estudios. Cuando nos conocimos, no era así, todo cambió con el paso del tiempo. Cambió porque descubrí su faceta celosa, en la que era agresivo. La que no me dejaba socializar con mis amigos, la que no me dejaba salir de casa. Me sentía en una prisión de la cuál no podía escapar.

Todo en mi vida cambío, mi manera de vestirme, mi manera de ser, mi rutina, mis amistades...Y no me daba cuenta de ello. Vivía en una relacción de la que me arrepiento.

Desperdicíe mucho tiempo en una relacción que no merecía la pena. Me estaba matando por dentro y por fuera también. Pero, yo no era consciente de ello y la gente tampoco. Las heridas se podían cubrir muy bien con maquillaje.

Además, no creo que una persona como él me contara siempre la verdad. Utilizaría mentiras para hacer que me quedara siempre a su lado. Me encontraba perdida en medio de mi juventud.

Pero, no fue así obviamente. Tras seis meses de relacción, le dejé. Una relacción que afectó a mis estudios (los cuales tuve que dejar) y mi vida entera en general.

Le dije que ya no iba a ser más su chica o mejor dicho su juguete al que pegar, tenía que aprender a controlar su ira. Había estado haciendo todo lo que él quería durante meses sin recibir nada a cambio. Hasta que dije, ¡basta! Todo acabó en una fuerte discusión a la que casi no sobrevivo.

Lo mejor para deshacerme de él era irme, perderlo de vista y no volver atrás. Acabé a 342km de allí, donde podría empezar una nueva vida, una nueva oportunidad. Nueva ciudad, volver al instituto, nuevas amigas. Todo parecía tan bonito y tan fácil aunque realmente no lo era. A pesar de todo lo que me hizo, había una parte de mí que le quería y necesitaba.

Quería romper todo, volver al tiempo donde todo era diferente. Sentía que me faltaba algo, no podía evitar echarle de menos. Añoraba su cuerpo, su presencia. Espero que algún día llegue a pedirme perdón por todo lo que me hizo, que admita su error. Aunque en el fondo eso nunca pasará, porque no podré verle nunca más.

Cada vez que cierro los ojos, veo su cara, a pesar de todo por lo que pasamos. Olvidarlo era la parte más difícil. No había manera de sacarlo de mi cabeza. Seguía necesitandolo y necesitaba gritarlo. Sentía la necesidad de volver a verlo, todavía podía ejercer un control sobre mí. Sabía que no podía volver, eso sería un gran error.

Fue gracias a la ayuda de mi madre por lo que conseguí salir adelante. Encontró un psicólogo al que poder ir. En las terapias, fue donde me di cuenta de mi situación. Había tenido una relación tóxica y había sido maltratada. Iba a denunciarlo por maltrato pero, un día antes de disponerme a hacerlo, la tragedia pasó.

Se encontrarón su cuerpo muerto. Un nuevo misterio invadió el pueblo. ¿Había sido asesinado o cual era la
causa de la muerte? ¿Qué habría pasado? ¿Qué sería capaz de hacer alguien por tal de guardar un secreto?

BlueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora