Capítulo 2

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-Buenos días Doctora Cabello.- Saludé con una sonrisa enorme en mi rostro mientras me recargada con mis codos en el mostrador de Dinah junto a la morena.

-Buen día Doctora Jauregui.- Dijo al tiempo que rodaba los ojos y tomaba los archivadores que la rubia le había entregado- Gracias Dinah.- Sonrió amable y luego se dio la vuelta ignorándome.

Mi amiga me miró con una ceja enarcada mientras señalaba con su pulgar hacia dónde la morena se había marchado.

-¿Qué le has hecho? Sólo se han visto dos días.- Preguntó un tanto confundida.

-Pues me he encargado de fastidiarla lo suficiente para hacerla renunciar antes de que acabe la semana.- Suspiré pasando una mano por mi rostro- Pero parece no tener resultado. Ni aquí ni en casa.

-¿En casa?.- Asentí.

-Es mi nueva y amigable vecina.- Sonreí con ironía y Dinah abrió su boca con sorpresa.

-¡No lo puedo creer!.- Exclamó con una carcajada mientras yo asentía con una mueca en el rostro.

-Yo tampoco. Ahora sí me disculpas debo continuar con mis tareas.

Dejé la recepción y me abrí paso a través del pasillo con la intención de llegar a mi despacho. La puerta de Camila estaba ligeramente abierta y no pude reprimir el impulso de echar un vistazo para ver qué hacía allí dentro. Me acerqué para poder mirar a través de la apertura, la chica más baja estaba de pie frente a su escritorio mientras se colocaba la característica bata blanca. Accidentalmente el prendedor se desprendió cayendo al piso y haciéndola maldecir entre dientes al tiempo que se inclinaba para poder recogerlo. Ahogué una exclamación cuando aquel perfecto cuello en v me permitió una privilegiada vista de sus pechos, tan redondos y muy bien ubicados. Pero mi momento glorioso acabó cuando la castaña alzó la mirada encontrándose directamente con mis ojos.

-¿Doctora Jauregui?.- Preguntó sin poder creerlo mientras yo fingía caminar casualmente por el pasillo.

-¿Si?.- Aclaré mi garganta y como si no hubiese estado ahí desde hace unos minutos, abrí ligeramente la puerta para hacerme notar con el ceño fruncido.

-¿Estaba espiándome?.- La indignación y el tono un tanto molesto en su voz me hacían gracia, dándome fuerzas para continuar con mi descaro.

-Claro que no. Sólo pasaba por aquí y usted a alzado la mirada, eso es todo.- Me encogí de hombros restándole importancia mientras su rostro se tornaba un tanto rojo.

-¡Que descaro! ¡Estaba mirándome los pechos!.- Me acusó y yo le dedique una desentendida media sonrisa.

-Me temo que eso es producto de su imaginación señorita Cabello. Pero si usted lo desea no tengo problema en echar una mirada a esos dos.- Señalé sus pechos mirándolos con detención y sintiendo que ella explotaría en cualquier segundo.

-¿Doctora Cabello? Sky Morgan ya está aquí con su pequeño conejo.- Y esa era Dinah calmando a la bestia inconscientemente.

-Voy enseguida.- Contestó la morena presionando el botón del intercomunicador sin dejar de observarme.

-Bueno, a trabajar.- Canturreé dandole una última sonrisa y caminando a mi despacho con la victoria plasmada en mi cara.

Será un día interesante.

The Choice (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora