¡Qué loco día!

35 1 2
                                    

El día de hoy me había levantado temprano para ponerme en camino hacia la escuela, pero hubo un pequeño detalle, ¡Era sábado!. La noche anterior caí dormida llegando a casa, por lo que no recordaba mucho de lo ocurrido anoche, sin embargo algo dicho por Usada me sacó de mis casillas recién dadas las 8:30 am: —Deja de andar de vaga por un día y ponte a estudiar —.
Se que ese pequeño Buddyroid puede llegar a ser un poco regañón, pero llegar al punto de decir esa tontería ( que para mi era eso, una tontería) fue algo excesivo para mi, incluso para Ryuji, quien escuchó toda la pelea entre el conejo y yo.
—¿Que le sucede a Usada, Yoko-chan?— preguntó un tanto consternado. —No lo sé, está así desde la mañana —,—Tal vez hiciste algo que lo molestó—,—¿Que pude haber hecho? — dije casi gritando al punto de que Nakamura llegó corriendo hacia donde estábamos para asegurarse de que todo se encontraba bien. 
Tras aclarado el asunto, Ryuji y yo seguimos con la charla.
—Bueno, tal vez podrías preguntarle—, me dijo mientras se ponía de pie.
—pero no me ha querido hablar desde la mañana—, — entonces hay que esperar a que se le baje él coraje para preguntarle—.
Después de la charla, me estaba dirigiendo a mi  habitación cuando de pronto sonó mi teléfono, ¡Era matsuri invitándome a su casa para comer! Afortunadamente Kuroki estaba pasando cerca de nosotros y escuchó la platica telefónica, así  que me dio permiso casi de inmediato, lo que al parecer no le agradó a Usada. --Sabes tan bien cómo yo que necesita estudiar para pasar la materia que debe y no quedarse atrás--, fue lo que alcancé a escuchar de la boca (o bocina) de Usada antes de ponerme en marcha hacia la casa de Matsuri, por lo que no supe en que terminó la conversación entre él y el comandante.

Cuando llegué a casa de mi amiga me recibieron con una gran calidez que sólo puede ser superada por todas las navidades que he pasado en la base (y si que son muchas), su madre hizo un gran Buffet que bien podría haber sido para 15 personas, aunque solo éramos 5 en ese momento, durante el almuerzo su padre contaba todas las anécdotas que le habían ocurrido en la semana en su trabajo como sastre en un pequeño local a las afueras de Tokio, entre las cuales se encontraba la de una mujer que quería que su vestido le quedara bien, lo que era imposible ya que era 3 tallas más pequeña, ya que había subido mucho de peso:

"--No señora, no se le puede hacer nada, si le ponemos más tela se va a ver muy mal--, --¡Por favor, por favor, tiene que hacer algo, es mi vestido favorito--,-- perdón, pero no puedo hacer nada--" La manera de narrar del señor Toshioka (apenas supe el apellido de Matsuri) era increíble, pero lo que más me impresionaba era que la familia me recibiera de manera tan instantánea, ya en 2 horas era una de ellos. Luego de un rato más de platica me despedí de ellos y me dirigí a la base caminado, pero de pronto me sentí algo mareada "hace mucho que no me pasaba esto" pensé para mis adentros. Busqué en mi bolso un dulce, pero fue en vano, a los pocos segundos caí al suelo sin que nadie me notara, o eso creí:

--¡Ayuda, ayuda por favor, una ambulancia!--. repetía una voz irreconocible para mi, pero no sabia de donde provenía, mi vista se encontraba en el suelo y de manera repentina pude visualizar una sombra.

--¿Te encuentras bien?, resiste un poco--, tras oír esto sentí algo en mi mano, un chocolate, lo agarré lo más fuerte que pude y le di una mordida, con la cual tuve la energía suficiente para visualizar a mi salvador (o algo así), sin embargo, al ver su cercanía mi única reacción fue la de alejarme de un brinco, para que luego mi cara tuviera contacto directo con el suelo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 29, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Solo soy yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora