La herida.
Escondido del frío bajo la manta
Siento que el invierno me adormece,
El viento choca contra mi ventana,
Siento que su sonrisa no envejece.
Dejo caer una mano fuera de la cama,
Deprotegida ante la oscuridad
Me imagino pesadillas que no vuelven,
Intento entenderlas en profundidad.
Los comprendo, también estoy al borde
Al borde de un profundo abismo,
Se repite el mismo acorde
Pero todavía no he perdido el ritmo.
Cantame antes de dormir
Necesito música que soñar,
El silencio me mata, necesito sentir
Me acaricias, sabía que iba a ganar
Es el cuarto capítulo,
De esta pesadilla tan dulce
Cada latido produce en mi un estímulo,
Otra vez ese recuerdo a mi mente acude.
Prometo no sentir dolor
Pero me machaco con batallas perdidas,
Me vuelve a picar un desagradable ardor
Las ascuas de mis aún abiertas heridas.
Y se que aun sigue ahí,
Una herida abierta,
que tarda demasiado en cicatrizar
Un recuerdo que no se desvanece,
Basta una pizca de deseo en mi vientre.
Para recuperar sensaciones prohibidas,
Y recordar el miedo que se siente.
De pequeño me parecía una eternidad.
No había dolor en mi mundo,
Por eso era infinito,
Hizo falta caerme, caerme tantas veces,
Para que aún, quede abierta herida.
