Eres la indicada

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  Justin sorprendido sopló las velas de su torta y luego abrazó a Ashley, quién cordialmente se disculpó por la forma en que lo había tratado, Justin aceptó sus disculpas y se sentó en la mesa con toda su familia a comer del rico pastel de chocolate y crema. Todo parecía ir increíble hasta que se dio cuenta de que algo, más bien alguien, faltaba en esa mesa, y a quién no volvió a ver en el resto de la noche. Cuándo todos se fueron a sus casas, él se quedó despierto y preparó dos tazas de café, junto a una porción de torta, las puso en una bandeja y se dirigió hacia aquella puerta en la que hace unas horas había salido Eva. Dio unos golpecitos suaves en la puerta y ella no tardó en abrir.



  —Te traje un poco de torta y un café si te apetecía...—exclamó mientras se sentaba en la cama. —Luego de que apareciera Ashley, desapareciste de la fiesta, me recordó al video de Under The Mistletoe...—bromeó él y ella rió mientras reproducía un disco de vinilo, la música Jazz inundó la habitación.

  —Es solo que...no quiero enamorarme tanto.—dijo ella mientras se sentaba a su lado. —Tu te irás y yo también lo haré, quizás nunca volvamos a vernos y eso me rompería el corazón. Aún que no me creas somos muy distintos.—exclamó y Justin la invitó a sentarse en su regazo, por lo que Eva no dudó en aceptar. —Yo te amo con toda mi alma e incluso mi mayor deseo es que seamos felices juntos como siempre lo soñé, pero me acostumbré a aceptar que eso jamás sucedería y...—su voz fue interrumpida por el tierno beso que Justin le dio.

   —Disculpa pero había querido hacer eso durante toda la noche. Escucha Eva, se que no será para siempre pero podemos hacerlo inolvidable y si lo nuestro realmente es lo indicado, la vida misma se encargará de volvernos a juntar, pero seamos felices lo más que podamos. Eva hace tiempo que no tenía a quien corresponderle y cuándo por fin te encuentro, no quiero dejarte, no por ahora.—dijo él y ella sonrió.

   —¿Estas diciendo que crees que soy lo que quieres? ¿Y que pasa si al final soy muy inmadura para ti? Justin tengo solo 17 años, no puedo...—él la interrumpió.

   —Bla bla bla...no me importa, eres la indicada y desde el momento en que me golpeaste con la puerta supe que lo eras.—exclamó y Eva rió, besó su nariz y luego sus labios, sellando un tierno romance, que disfrutarían el tiempo que durara pero que al menos, Justin recordaría y mantendría en secreto para toda la vida.



FIN  


Happy BirthdayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora