Un nuevo comienzo para estos dos chicos, provocando que una amistad florezca en ellos, pero debido a un mal entendido la amistad de estos dos chicos podría acabar o podría surgir un gran amor entre ellos.
¿Sera que los celos de estos podrían unirlo...
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Los días, las semanas, y así sucesivamente paso el tiempo hasta que cumplieron dos meses viviendo juntos los cuales habían estado experimentando situaciones difíciles y otras más normales. Su amistad seguía floreciendo incluso mucho más después de aquel día donde resolvieron su pequeño problema, ellos se habían vuelto más unidos, se tenían más confianza donde ambos sabían que tanto Jackson y Jinyoung no eran bienvenidos en aquel departamento y habían establecido aquella regla donde ambos chicos tenían prohibido el paso aquel lugar. Si BamBam quería salir con Jackson lo más seguro que fueran a dar algún paseo, por lo contrario, Mark y Jinyoung ya no salían, pero si se mensajeaban seguido por Kakaotalk. Tal vez fuera una regla de niños, pero era cómodo así, Mark dejaba de tener aquellos celos hacía Jackson, celos que él decía que eran más una guerra con el chino que no se cayeran bien. Mark había pensado mucho ese sentimiento, pero pensaba que tal vez era posesivo con el menor por ser el único amigo cercano que tenía y por aquella mirada desafiante que le regalaba Jackson cada que podía.
—¡Bam! ¡Apúrate vamos tarde al Instituto! —Grita el mayor ya estando fuera del departamento.
Mark consideraba gracioso –e incluso en algunas ocasiones fastidioso– que BamBam tardara años –por decir un número– en arreglarse para que al final siempre saliera de la misma manera, con su típico uniforme bien fajado, su cabello peinado estilo hongo o en ocasiones hacia un lado sin gel, y sin olvidar aquel bálsamo para labios partidos que cada día se colocaba, el menor siempre decía que le ayudaba a hidratarlos, pero para Mark eso ultimo era irrelevante.
Después de unos minutos más en los que vagaba en sus pensamientos, fue jalado por el brazo, directo a las escaleras.
—¡Vamos corre!
Sin pensarlo mucho se dejó llevar, no podían seguir perdiendo tiempo si es que querían llegar antes de que la reja sea cerrada y los multen con retraso y eso costaba mucho, no en efectivo, pero si en actividad física.
Al entrar se dieron cuenta que aún les sobraban alrededor de unos 10 minutos, así que jadeantes se detuvieron unos pasos más adentro cerca de unos arbustos para controlar su respiración.
Jinyoung que estaba de otro lado frente a ellos los veía nervioso, sabía que hoy era su día, día en cuál iba a confesar sus sentimientos al chico que le robaba suspiros, invadía su mente y provocaba que con una simple sonrisa o mirada se sintiera completamente nervioso. Sin pensarlo más comenzó a caminar en dirección a ellos, o más bien, en dirección a Mark.
—Mark, ¿puedo hablar contigo en privado? —Sus manos sudaban, su corazón latía al mil por hora y en cualquier momento pensaba que podía desmayarse. Poco le importaba si sus amigos lo veían de esa manera, realmente ya no le importaba lo que pensaran de él. En esos dos meses había cambiado por completo su manera de ser y todo por Mark.
—Claro —Le sonríe. Se dirige a BamBam y le indica que se adelante y que después lo alcanza, BamBam sin estar muy convencido le hace caso.
Cuando el menor se va y los deja solos, Jinyoung le echa un vistazo a su reloj y se da cuenta que pronto sonara el timbre de entrada, así que era ahora o nunca. Mark le presta su total atención y ve la duda en las acciones de Jinyoung, puede ver su puño empuñado y que está manteniendo la respiración.
