08. Rollitos, azúcar y besos

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> 900 palabras

—Ya todo el mundo se dio cuenta y ni siquiera se molestan en ocultarlo. —Suho se encontraba en la habitación de ellos hecho una furia, lanzando humo por las orejas sin dejar de ir de un lado a otro. Había intentado sacarlos de allí durante toda la tarde, queriendo seducirlos con piscina, baile y esas cosas a las que Sehun había accedido, aunque todos sabían que había un buen motivo y ese era Luhan. El chino había mejorado bastante su estado físico y el menor no podía permitirse quedar atrás. Suho había sentido el triunfo resbalar de sus manos cuando intentó aquello con Chanyeol y Baekhyun, pero al verse derrotado de nuevo abrió la puerta, dirigiéndose al cuarto de Yixing a que le sirviera de psicólogo. —Siete años entrenando para esto.

Hacia ya bastantes semanas que Baekhyun y Chanyeol tenían la misma rutina. Al llegar de sus presentaciones o programas tomaban lugar en la cama y se perdían entre películas, juegos, series, anime, música o cualquier cosa que evitara el movimiento.

Conseguir un marcado abdomen había sido producto de una apuesta entre los dos que afortunadamente ganaron y ahora, como la pareja unida que eran, estaban encargándose de llenar sus estómagos con todos aquellos caprichos que se habían prohibido. Baekhyun había engordado mucho más lento que Chanyeol a quien ya se le notaba la barriga y sus facciones ya no eran tan definidas como antes.

A quien no le agradaba toda aquella situación era a Junmyeon. El líder sufría constantes ataques al verlos de ese modo, pero por mucho que había intentado imponer dietas siempre fracasaba.

—Es muy gracioso ver como últimamente todo son fotos tuyas y tu barriga, comparándote con objetos y cosas. —mencionó Baekhyun con la laptop sobre sus piernas mientras seguía comiendo dulces.

—Yo no comprendo porque se empeñan en fijarse en mí, tu también subiste de peso y nadie menciona nada.

—Es que yo me veo adorable con mis rollitos, pero los tuyos son graciosos, amor, hay que admitirlo.

—Para ti todo en mí es gracioso. —Chanyeol rodó sus ojos, observando como Baekhyun alejaba la computadora para centrarse en su vientre, acariciándolo. — Deja eso, Baekhyun.

—Es una venganza por todas esas veces que te metiste con mis jugosos muslos.

—Es que es imposible quitar la atención de ellos, es como tu trasero, pero a ese lo veo muy seguido y necesito fijar mis atenciones en otras partes de tu adorable cuerpito.

—Creo cada una de tus palabras, como aquella vez que me dejaste abierto de piernas, absolutamente duro y lo único que hacías era besar y morder mis muslos cual fetichista obseso.

—Y al final te enojaste, dejándome sin sexo por días. A veces albergas mucha maldad en tu rechoncho ser.

—Mira quien habla de rechoncho, rollitos. —dijo Baekhyun, frunciendo el ceño mientras lo desafiaba con la mirada.

Chanyeol se levantó de la cama, dispuesto a darle su merecido a Baekhyun, pero este comenzó a huir de él. Una persecución se desarrolló en aquella habitación, una que no duró demasiado ya que Baekhyun se encontraba recostando en la cama intentando volver a respirar al igual que Chanyeol quien tocaba su pecho sintiendo el rápido latir de su corazón.

—Estamos en pésimo estado, Baek. —mencionó, recostandose junto a su novio aun totalmente agitado.

—Creo que tienes razón, no podremos bailar en cualquier momento y soy demasiado sexy como para dejarme estar. Además, ¿como podre seducirte si no puedo moverme?

En un rápido movimiento Baekhyun se colocó sobre la pelvis del más alto, con una pierna a cada uno de sus lados, mordiendo su labio inferior mientras metía sus manos debajo de la remera de su chico. Se tomó su tiempo en jugar con aquello a lo que todos llamaban "gordura" que en su gusto personal era demasiado hermoso en su novio. Es cierto que le gustaba cuando Chanyeol estaba muy marcado, sexy y le gustaba sacar a relucir sus abdominales por ahí, pero desde que volvieron a su alimentación habitual lo notaba más feliz, adorable y animado sin contar con que podía gozar de tiempo recostado con él en la cama recibiendo mimos, algo de lo que no habían tenido oportunidad por tantas horas en el gimnasio.

—Te enojaste conmigo por besarte los muslos y llevas diez minutos jugando con mi panza, Baekhyun. Ojalá a todo el mundo le gustara tanto que subiera de peso como a ti así el manager, los chicos y varios fans no me estarían presionando indirectamente para volver mi anterior estado.

—No pienso volver a toda esa etapa de gimnasio, estamos muy bien así y si a alguien no le gusta pues que se jodan. Eres mi rechoncho osito y soy tu novio, yo decido que es lindo en ti y que no. Incluso, viendo el lado más positivo de todo, ya no querrán manosearte todas esas idols que andan por ahí pensando que te gustan las almejas cuando en realidad te inclinas por las paletas, más bien, por una en especial. Tu dieta es rica en azúcar y besos de Baekhyun.

Chanyeol no pudo evitar reír por las palabras que salían de la boca de su novio. Es cierto que había comenzado a sentirse un poco culpable y dolido por aquellos comentarios que le recordaban a cuando era pequeño y lo molestaban por su peso. Pero ya nada de eso importaba porque tenía a Baekhyun, sus dulces y mimos cada noche luego de las presentaciones e incluso podría hacer algo de ejercicio si eso incluía a Baekhyun en la cama con él.

Los dibujos de BaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora