Capítulo 3

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Seguía llorando en aquel recondito rincón esperando a que algo pasase, a que algo bueno llegase a mi vida. Pero a estas alturas,nada bueno podía pasar. El marrón de la maceta que tenía al lado me recordaba a mi infancia, donde, mi madre, plantaba, junto con mi padre, un montón de flores y plantas en la terraza y yo, les ayudaba metiendo la tierra en la maceta. Cuando mi padre murió,mi madre entró en depresión y todas las plantas se marchitaron, pues nadie les daba sus cuidados necesarios...
Como aquellas plantas, mi madre se fué marchitando también hasta que, la diagnosticaron cancer.
Y ahora el que se pudre por dentro soy yo.
El que me marchita, soy yo.
Y el que se muere.
Soy yo.

Mientras pensaba en lo miserable que era, una mariposa roja, entró por un ventanal y me quede mirandola, lo cual fue suficiente para descubrir mi cabeza y, que Mark, que en ese momento pasaba por allí buscandome, me vio. 

Se acercó a mi y me agarró por los hombros mientras me miraba fijamente.

-¿Estas bien?- Me limpió las lagrimas- Hey, no pasa nada, ese profesor es idiota...- Me ayudó a levantarme- Ven, vamos al baño para refrescarte...- Me acompaño en todo momento, y, como era última hora, me ofreció ir a su casa a comer para que no estuviese deprimido todo el día. Yo obviamente acepte, es decir, que un tío bueno, te invite a su casa, y que ademas, sea considerado, buena persona, etc, lo hacía más imposible de rechazar...

Llamé a mi madre, le conté lo ocurrido, y me dijo que no me preocupase, en cuanto a lo de irme a casa de Mark, me dijo que ella saldría unas semanas de la ciudad para visitar un medico especial, que me quedase con él mientras ella no estaba. 

-Oye, que mi madre tíene que salir de la ciudad, y bueno dice que me puedo quedar contigo mientras ella está fuera... No le importará a tus padres... ¿Verdad?- Le dije.

-Ah no no, no vivo con ellos...- Se rió y puso otra cara, entre amable y ... ¿triste?

Una sonrisa salió cuando llegamos a su casa, lo cual, me dió a entender que le agradaba mi compañia, por lo tanto, vivía solo.

Una vez dentro de aquella casa de dos plantas, Mark, le guió a la cocina.

- ¿Que quieres comer? - Mark, preguntó despues de abrir la nevera y ponerse a mirar un poco por encima todo lo que tenia allí.

-Eh... Pues no se, con pesir una pizza vale... pago yo.- Dicho esto, Mark abrió los ojos de par en par. Yo, a parte de sentirme avergonzado, no pude evitar quedarme embobado mirando aquellos profundos ojos azules.

- Hoy te cocino yo... dime... ¿que te gusta?-  Tú, me gustas tú. Eso fué lo primerl quese me pasó por la cabeza, y la verdad, es que fue algo que segudamente corregí con un...

-Ehh... me gusta la pasta, cualquier tipo de pasta.- Lo arreglé antes de sonrojarme.

Al oirlo, sonrió, saco un par de cosas de la nevera y un paquete de espaguetis de uno de los armarios.

-Voy a hacerte Espaguetis a la carbonara.- Ví como, despues de decirmelo, hechó un puñado de estos en la cacerola, pero no hubo un segundo. ¿Acaso el no iba a comer? Quizas no le gusten... pero... ¿si no le gustan porque tendría espaguetis allí?

- Falta un puñado...- Le miré y despues de unos segunsos en los que parece que pensó algo, me contestó.

-Yo... no tengo hambre, En el instituto, desayuné mucho... hehehe-
Era raro... No me pareció haberle visto comer en el instituto... Tras un rato de cocción, me pidió ayuda.

-¿Podrías cortar eso de ahí? Voy a preparar la salsa... - Me dió un cuchillo, y me puse a partir el bacon en daditos. Él, mientras, hacía otra cosa. Cuando terminó, me sorprendió apoyando la cabeza en mi cuello y agarrandome por los brazos, para despues, inhalar. Un escalofrio recorrió todo mi cuerpo.

-¿Hueles eso? La comida ya esta casi lista... hecha el bacon y tras unos 5 minutos o asi, podras comer.- Y así fue, en 5 minutoa, sacó los espaguetis denla cacerola ya mezclados con la salsa. Olía de maravilla... El sin embargo no parecía mostrar ningun rastro de hambre o gusto por el olor que aquello desprendia.

-Estas seguro de que no quieres...- Me daba algo de pena... comer yo mientras el miraba.

-No... tranquilo,  tu come... Yo disfrutaré viendo como comes la comida que te he preparado...- Una expresión de duda surgió de repente en su rostro

-Dime... ¿porque te afectó tanto lo que dijo el profesor?- Entonces, fue cuando el ambiente se tenso, había sido muy hospitalario, amable y paciente conmigo, pero... no quería decirselo... No ahora, si se lo contaba, tendria que contarselo absolutamente todo... y había cosas, cosas que aun no queria que supiese...

Bueeeno, siento tardar mil años en actualizar, pero soy muy olvidadizo asique.... pos eso, se me olvida que tengo una historia y que la tengo que actualizar xD pero bueno, aquí teneis la tercera parte...





Suspiros Sangrientos- YAOIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora