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Ya era lunes, habían pasado dos días desde mi cumpleaños y mi regalo fue dinero, no estoy enojada porque sé que mis padres hacen por mi lo que pueden y eso se los voy a agradecer siempre, porque dan todo por mí y por mis hermanos.

Eran las 6:30 y entraba al colegio a las 7:30, así que baje a desayunar, los únicos que estaban en el desayunador eran mi padre y Facundo que trabajaba.

-Buen día familia.-

-Buen día.-

Facundo estaba demasiado concentrado en su comida como para responderme.

Agarre jugo de la heladera, me lo serví en un vaso y me senté al lado de Facu.

-Vas a desayunar solo eso?-

-Si no tengo mucha hambre.-

-Hija te pido por favor que comas algo más.-

-Que haya un puto día que no tenga hambre no significa que vuelva a pasar lo mismo que hace dos años.- Yo sé que el solo se preocupa por mí pero yo ya aprendí de mis errores, yo cambie.

-Enana papa te está diciendo esto porque te quiere.-

-Facundo por favor no te metas.-

-Hija solo te estoy cuidando, yo sé que es difícil y sé que ya aprendiste pero desde que paso lo de tu mama las cosas cambiaron y yo trato de protegerlos a ti y a tus hermanos de la manera que puedo, no quiero que estés mal, solo te quiero cuidar.-

Con cada palabra que decía mis ojos se iban cristalizando y yo sé que mi hermano estaba igual que yo, el tema de mi madre no era algo de lo que acostumbráramos hablar y me dolía, sabía que no me tenía que enojar con mi padre por esto.

-Está bien pa, solo no tengo hambre ahora. Te quiero.- Lo abrace y subía cambiarme ya que llegaba tarde al colegio.

El uniforme se basaba en una pollera escocesa azul oscuro y verde, camisa, zapatos y medias verdes o blancas.

La verdad que no era fan del uniforme pero no me disgustaba. Fui al baño a cepillarme los dientes y a peinarme, me termine haciendo una simple cola alta.

Estaba en clase de historia anotando unos apuntes en mi cuaderno, está definitivamente no era de mis clases favoritas y como estaba en último año no prestaba mucha atención.

Me sentaba al lado de mi mejor amiga Catalina Rodríguez, le decimos Cat y adelante se sienta nuestro mejor amigo Thomas Johnson, si tiene el apellido de mi bebito, y le decimos Tom, el nombre claramente no es argentino es porque nació en Estados Unidos y vino vivir a la Argentina a los 6 años junto a su familia por temas de trabajo.

Estaba tan sumida en mis pensamientos que no me di cuenta de que Cat me estaba hablando.

-Lo siento que dijiste no te escuche - Ella soltó una carcajada y me señalo a la profesora la cual me estaba llamando.

-Que querrá esta vieja gruñona ahora.-

-La verdad no tengo ni la menor idea pero espero que se algo bueno- Ese fue Tom metiéndose en la conversación.

Me levante y camine hasta la profesora, me sentaba en los asientos del fondo así que tuve que pasar por todos los bancos antes de llegar al de la profesora.

-¿Que sucede profesora?- La verdad que tenía bastante intriga de porque me llamaba ya que nosotras teníamos un trato, yo no me metía con ella y ella no se metía conmigo.

- La vinieron a retirar la eran esperando en recepción, dijeron que también tu padre retiraba a los alumnos Rodríguez y Johnson.-

-Bueno gracias- me di media vuelta y me dirijo a mis amigos con cara de preocupación, no era normal que me retiraran antes y menos con ellos.

Cuando llegue me di cuenta de que sonreían y no entendí porque.

-Chicos mi padre nos vino a retirar y no tengo idea porque pero guarden sus cosas y vámonos.-

Sin decir nada y sonriendo como el gato de Alicia en el País de las Maravillas guardó sus cosas, saludaron a nuestros amigos y salieron yo hice lo mismo solo que sin esa sonrisa.

-Alguno de los dos sabe algo que yo no sé- Yo sabía que ellos sabían algo y me lo estaban ocultando.

-Umpa yo solo sé que la cara que vas a poner cuando lleguemos a recepción va haber que grabarla.- Como se dieron cuenta me dicen muchos apodos relacionados con la altura y eso es porque mido 1,50 y tengo 17 años y bueno soy demasiado bajita.

-¿Tom cómo porque van a tener que hacer eso?

-Ya lo veras.- Dijo cata sin dejar de sonreír.

Como no dejen de sonreír les voy a tener que pegan a los dos. Y cuando me di cuenta estábamos casi en frente de recepción y en recepción había 4 personas paradas delante de la puerta.

En ese mismo instante mi mundo se detuvo, empecé a sentir las lágrimas correr por mi cara, no lo podía creer, era algo imposible, los tenia parados a metros de mi con una sonrisa de oreja a oreja y los brazos abiertos esperando que los abrace.

Only a fan?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora