Me dí la buelta para ver de quien era esa voz tan sexy... que me sonaba de algo...
-Ah, hola Pablo.-Dije sorprendida.
-¿Quieres que te eche crema?-Me dijo el como si fuera lo más normal del mundo. Ese chico era realmente guapo... me encantaba, aunque no lo conocía mucho...
-Vale, gracias. -Sentí sus suaves manos por mi espalda y las mariposas empezaron a rebolotear por mi estomago. Cinco minutos después noté que sus manos se separaban de mi espalda. No quería que parara, estaba tan agusto...
-Si sigo, te vas a quedar dormida. -Me dijo con una sonrisa en la cara.
-No hombre, no me quedo dormida. -Mentí.
-Venga, si estabas a punto de dormirte.
-¡Que no!
-¿Y porque te pones roja entonces?
-¡No estoy roja! -Ese chico me estaba poniendo nerviosa. ¿De que va diciendome eso?
-Eh, pequeña, no te enfades. Estaba bromeando. -¿Pequeña? ¡Que chico mas mono! Vale, se que hace un segundo pensaba que era un sinvergüenza pero... acababa de cambiar de opinión.
-No me enfado. Ah, y no soy pequeña. Me voy al agua con mis amigas. -Me quise hacer la dura y el sonrió.
-No te hagas la dura, pequeña. Luego te veo. -Me respondió. Sin hacerle caso me dirijí a la orilla donde me esperaban mis amigas.