Prólogo.
« Cogí una bocanada de aire antes de llamar suavemente a la puerta en la que se encontraba el despacho del doctor Wright. Hacía años que no pasaba por allí y, sin embargo, parecía que el tiempo no hubiese transcurrido en aquel, siempre pulcro y ordenado, despacho. El doctor Gregory Wright, un cincuentón calvo y barrigudo pero amable y profesional, me invitó a sentarme frente a él.
- Realmente me sorprendí mucho cuando mi secretaria me comentó que habías concertado una cita. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te vi, ¿va todo bien, Louis?
- Sí, por supuesto. He aprendido a convivir con los fantasmas del pasado y, de hecho, hasta hace apenas un par de semanas, apenas recordaba su nombre.
- ¿Qué pasó entonces? - Preguntó el señor Wright animándome a continuar.
- Hace exactamente dieciocho días, cuatro horas y doce minutos, fue su cumpleaños. Y yo lo había olvidado. Había olvidado todo lo relacionado con ella.
- ¿Y ahora? ¿Qué se te viene a la cabeza al pensar en ella?
- Recuerdo la primera vez que la vi. Yo estaba dando una vuelta con mis amigos cuando vi que a lo lejos se acercaba una chica, si menos, la más guapa que había visto nunca. Aprovechando que iba mirando al suelo, no dudé en chocarme ''accidentalmente'' con ella. Cuando ambos caímos por el impacto y sus ojos se encontraron por primera vez con los míos, sentí que el mundo se había parado a nuestro alrededor.
- Y entonces, ¿qué pasó? - Preguntó el doctor Wright apuntando miles de cosas en una pequeña libreta.
- Creo que desde ese momento, incluso mucho antes de que nuestros cuerpos se rozaran, se creó una conexión irrompible entre nosotros. Mi vida dio un giro de 360 grados y apostaría un brazo a que ella sintió lo mismo. Incluso ahora, que solo estamos usted y yo, puedo sentirla. Es un vínculo tan grande el que nos conecta que a veces incluso siento como si estuviera mirando al vacío desde lo alto de un precipicio. Pero supongo que eso es bueno, porque me hace pensar que por muchos obstáculos que se interpongan entre nosotros, la cuerda invisible que nos mantiene unidos, nos sostendrá.»