Change.

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Maggie estaba devastada y confusa con todo lo sucedido. Ya estaba todo hecho, iba a abandonar la ciudad al día siguiente, y aunque eso era una gran noticia, una pequeña parte de su corazón la quería allí. No había tenido grandes momentos en su estancia en la pequeña ciudad de Texas pero había algo en el ambiente que sabía que añoraría. Así que subió las escaleras hacia su habitación por última vez y se sentó en el suelo vacío. Sacó de su bolso el pequeño libro en el que había reflejado sus sentimientos y frustraciones durante el último año y comenzó a escribir en la última página.

 ‘’Querido Diario,

Hoy abandono mi casa, mi ciudad. Me mudo a otro estado, quizá alguno que sea más amable conmigo de lo que pudo serlo este. No tengo nada que me haga echar de menos esto, pero aún así siento que lo haré. Puede que allá las cosas mejoren y todos me traten bien, y aunque sueñe con que sea así, hay algo dentro de mí que me dice que todo será igual solo que en otro lugar. Quién sabe, quizá tenga impreso en la sangre todo lo que me sucede. A veces creo que tienen razón y me lo merezco. Puede que no esté hecha para que me quieran, y que simplemente deba mantenerme alejada de todos como llevo haciendo siempre. Así que no me ilusionaré con que todo sea perfecto allá donde vaya, pero al menos espero que sea un poco diferente. Intentaré cambiar y hacer todo lo que pueda para conseguirlo.

                                                                                                              Deséame suerte.

                                                                                                                             Maggie. ’’          

Maggie cerró su libro al oír a su madre gritándole desde el coche, y bajó las escaleras, miró por última vez la casa y suspiró nostálgica. Montó en el coche junto a su hermana y todos se encaminaron a su nueva vida. El viaje era largo y Maggie podía elegir entre leer el libro que tenía abierto en sus rodillas o imaginar cómo sería su nuevo hogar. Prefería leer ya que, intentaba no esperar nada de aquel lugar, y si comenzaba a imaginar cómo podría llegar a ser su vida allí, sabía que acabaría haciéndose ilusiones. Se conocía demasiado y  también sabía que se las haría leyese o no, así que cerró el libro y contempló el paisaje que cruzaba su mirada por el otro lado de la ventanilla. Estaba lloviendo y las gotas hacían carreras hasta llegar al borde del cristal, el viento sacudía los pinos en los laterales de la carretera  y aunque la tormenta se veía amenazante desde la lejanía, Maggie se sentía en armonía con todo su alrededor, intentaba disfrutar de aquel momento en el que nada la preocupaba ni molestaba, no estaba en un lugar fijo que pudiese hacerle daño, ni con personas que la hiriesen, no tenía nada que odiar de aquel lugar. Pero los minutos corrían veloces por el reloj y aquel momento pasó volando, ahora se encontraba entrando por las calles del pueblo en el que pasaría los siguientes días, meses y quién sabe si años. Salió del coche y avanzó agotada hasta la puerta de su casa, subió las escaleras y nada más entrar a su habitación, un profundo sueño se apoderó de ella y cayó rendida en la cama.

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