1. El Comienzo

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Ya empezaba Halloween, estaba emocionado por salir a comer dulces sin parar, y ser libre de mis padres. Quería salir con ella... Esta noche es la única en la que puedo hacer eso... Solo esta noche es en la que la veo... Ella, era mi mejor amiga.
Por alguna razón, todos se alejaban de mí, yo solo era un chico tranquilo... La única que me entendía era ella, nunca me dijo su nombre, era una chica de pocas palabras...

Miré por la ventana esperando a aquella persona especial, mi madre, me trajo un tazón colorido de dulces, yo agarré tres, mis favoritos y los desenvolví uno a otro, poco a poco me los comí. Mi padre estaba en el trabajo así que estabamos mi madre y yo. Miré por última vez por la parte inferior de la ventana y la ví sentada en la orilla del pavimento, traía de traje una bincha para el pelo, aún que lo tenía desordenado, con una cabeza de un clavo en una punta y en la otra. la punta del clavo obvio.

Mi disfraz era de un diablillo, mi máscara estaba en un costado de mi cabeza, tenia una cara al revés.
Salí rápido y emocionado de mi casa, mi madre me siguió solo a paso lento, llegué a ella, nos saludamos y me indicó con la mirada que alguien estaba atrás mio, me dí vuelta y era mi madre sosteniendo su celular tomándonos una foto. Posé divertido, pero ella se quedó en su misma posición, nos sacó la foto y nos la mostró, saliamos bien y despues de eso, tomamos partida a la recolección de dulces.

Aun que solo salimos a pasear por ahí, el verdadero Halloween todavía no ha empezado. Los chicos de mi escuela, los del secundario, me agarraron y me separaron de ella, me golpearon un poco y me dejaron libre, creo que por qué no había llorado, me dieron dos caramelos de regalo, no sé por que... Regresé cansado a casa, estaba sólo, en la entrada de la casa, me encontré con una nota. Decía:

"Hijo:
Estamos en la tienda de dulces, se acabaron en la casa, ve a jugar un rato más con tus amigos, nosotros ya estaremos de vuelta.
Mamá y Papá."

Me puse mal por que no me esperaron, yo quería ir con ellos, revisé la parte de bajo de la alfombra que tenía grabado la palabra bienvenido, ahí estaba la llave de repuesto, pero ahora no estaba. Arrugué y aplaste el papel hasta hacerlo una esfera y lo tiré lejos, me senté en la entrada de la casa, me toqué el ojo y me dolía, al parecer estaba morado...

Ví a un niño vestido de un dinosaurio, un T-rex si no me equivoco, con auriculares y estaba caminando de lo más pancho por el pavimento. Miré al suelo y volví la mirada al dinosaurio, ahora vi que una niña sentaba en la orilla del pavimento, la reconocería en cualquier parte, era ella.

Se me le acerqué despacio como para asustarla, me puse a la par de ella y me dejé ver con una carita linda y perversa, ella se asustó y me golpeó con su calabaza para recolectar los dulces. Yo adolorido por todas las palizas de este día, me senté a la par de ella cada vez acercándome más, miré el contenido de su calabaza y no había nada, excepto por unas telarañas, literalmente, había una araña...
Me asusté y dejé de ver, ví mi calabaza y tenía dos dulces, agarré uno y lo puse en la calabaza de ella. Me miró y lo tomó, lo desenvolvimos a ambos dulces y lo comimos.

En cada uno de ellos tenía una frase diferente, él mio decía "olvida al dentista. Soy delicioso" y el de ella decía "me encontraste", algo raro. Aun qué me dió risa.

La convencí de que saliéramos de vuelta, está vez a pedir dulces. Nos levantamos y cada uno agarró su calabaza y partimos nuevamente en busca de dulces...

Missing HalloweenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora