Me desperté por culpa de mi alarma, me puse la almohada en la cabeza y con mi mano la busque y la apague, volviendo a mi sueños cuando volvió ese sonido irritante me levante enojada y mirando esa cosa que todas las noches molestaba la volví a apagar y me levante encontrándome con el piso frío estire mis brazos con pereza, y prepare mi ropa y salí de mi cuarto encontrándome con el pasillo oscuro y largo con poca iluminación debido a las velas, con una alfombra larga gris que evitaba el sonido de mi caminar y las paredes color vino con pequeños adornos grises, pise firme con mis botas y vestido gótica rojo con negro haciendo que mi capa se elevara poco debido a mi caminar un poco rápido me dirigí hacia la sala y luego hacia el sótano encontrándome con una mujer encadenada de las muñecas con un vestido de noche dorado de lentejuelas todo rasgado no alcanzo a ver su rostro por su pelo güero enredado y tiene varias mordeduras y moretones por sus piernas y brazos, alza la mirada y me encuentro con un rostro demacrado con unos ojos azules apagados y sin vida, me mira y parece que una pequeña luz regresa a sus ojos.
-por favor ayúdame.-me dice con la voz apagada- corre antes de que regresen.- me suplica.
Suelto una carcajada y siento como la chava tiene un escalofrió.
-lo siento cariño pero yo no puedo hacer eso.- dije sonriendo y la chava tiene miedo al ver mis colmillos alargarse y mis ojos café oscuro cambiaron de color uno de color violeta azulado.
-No, por favor.- dice en un susurro y con lágrimas en los ojos.
-fue tu culpa por andar de coqueta, querías sexo ¿no?
-yo solo quería pasarla bien, por favor no más, te lo suplico.
- tu solita decidiste este destino.
-hija de perra libérame maldita arpía, me van a encontrar y todos ustedes van a morir, se van a ir al infierno estúpidos.
-la que va a morir vas a ser tu zorra.
La ira viene a mí de nuevo me acercó con una velocidad increíble y jalo su cabello haciendo que alce la cabeza y la muerdo desgarrando su cuello, ella grita con agonía y le arranco la cabeza, en eso escucho unos zapatos bajando los escalones me separo del cuerpo de la chica y abro la boca soltando la cabeza de la chica, volteando hacia la persona que espera junto a las escaleras y veo unos ojos celestes que no tardan en ponerse miel.
-¿Por qué molestas cuándo estoy comiendo?- le digo mostrando mis colmillos y una línea de sangre corre por las comisuras de mis labios.
-por lo que veo te hizo enojar.- dice mientras ve la cabeza de la mujer y el cuerpo que seguía encadenado.
-solo un poco, sabes que no me gusta que la comida suplique si saben que van a morir, no es nuestra culpa que sean seres que no entienden el ciclo alimenticio.- digo mientras me acercó a las escaleras.
-ya te acostumbraste a estar aquí por lo que veo.- dice mientras me sigue por las escaleras.
- estas muy equivocado, sabes que no me gusta si no está William aquí.- dije mientras abría la puerta mostrando la estancia.
Solo escuche como el soltaba una risa silenciosa, mientras caminábamos en la gran entrada mostrando dos largas escaleras y a sus lados puertas que llevaban a la sala, a un costado dos puertas y al otro hay tres, en medio una hermosa araña iluminándonos y dejándonos ver los cuadros y la decoración del recibidor.
-parece que vivir en un castillo te sienta bien.- dijo con un sonoro sarcasmo, lo que ignore, en ese momento pasa una sirvienta humana, con la cabeza agachada siempre mirando al suelo.
-marcela quiero que limpien mi sótano y se deshagan del cuerpo.
Marcela mueve la cabeza afirmativamente y en ese momento escucho el sonido de un carro afuera de las rejas del castillo, mi cuerpo se encendió y sentí su aroma, dejo de pensar por un momento corro hacia la gran puerta y la abro empujándola salgo corriendo hacia los jardines mientras siento la luz de la luna inundándome, sentía el aire mover mí cabello, me llevaba algunos pétalos de rosas negras por la velocidad a la que iba adentrándome luego por el camino del bosque y al fin topándome con la gran reja de metal y dándome a la vista un carro negro y con las ventanas blindadas, la puerta se abrió, un pie salió del carro seguido del otro pie y al fin saliendo por completo y dándome a la vista al fin al hombre que detuvo mi corazón, al cual soy leal y mataría para protegerlo, brinque la cerca cayendo enfrente de él y de inmediato me arrodille enfrente de él.
-Amo William, me alegra volver a verlo en casa.- dije mirando al suelo.
-sabes que no me gusta que hagas eso.- dijo con molestia y agarrando mi mano para que me parar, dejándome a la vista al hombre alto, de ojos grises, pelo negro, espalda ancha, cuerpo perfecto y piel ligeramente bronceada dándole aspecto de humano, me jalo y me abrazo con fuerza sorprendiéndome y de inmediato pase mis brazos por su cintura, mi cabeza quedo en su pecho y sentí como olía mi cabello.
-hueles delicioso lo sabes ¿verdad?
-te extrañe mucho.-digo mientras lo abrazo más fuerte
-cariño no más que yo- me dice mientras alza mi cara.
Nuestras miradas estaban cruzadas, después escuche como se abría la reja de metal.
-sube.- me dice mientras da la vuelta al carro y abre la puerta.
Lo miro sonriendo y me echó a correr al castillo y de reojo veo como me mira asombrado y sube al carro con velocidad, llego a la mansión y entro corriendo no paro hasta llegar al cuarto de William. No hay polvo porque todos los días lo limpian aunque no esté, era la primera vez que entraba en su cuarto era muy amplio la paredes grises y los mueble negros la cama de William en medio y atrás una ventana muy grande. Sentí el aroma de William entrando por la puerta del castillo y en un segundo ya estaba atrás de mi.
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Atada a un destino que elegi
Vampirewilliam el mas poderoso de su raza se enamoro de una humana y la convirtió en un vampiro y le borro la mente, después se fue dejándola un mes en su castillo y le dijo que los humanos eran una raza inferior y ella así los trata ¿que pasara cuando se...