Siento deciros, que el amor no existe; me lo enseñó ella, sí, mi mejor amiga, la que siempre está para mí.
Me llamo Alice Lamborginni, soy una chica normal, o eso es lo que dice la gente; la verdad es que cuando estoy con mi mejor amiga, Caterina, todo cambia.
Somos vecinas, lo cual hace mi vida un poco menos aburrida; vivimos en Lucca, una de las ciudades más pequeñas de Italia; la verdad es que me gusta, me gustan sus calles amplias en las que los niños juegan sin temor, creo que una de las razones por las que me gustan las calles es que hace tan solo dos años yo jugaba en ellas, sí, tengo trece años, mi madre no deja de repetirme que he cambiado mucho en dos años... Aunque todavía soy pequeña no puedo imaginarme jugando en esas calles.
Nos conocimos en uno de esos días en los que no te apetece salir a la calle, en Lucca no suele hacer mucho frío, pero ese día ir con cinco camisetas era poco; pero en ese maldito día, que al final resultó ser uno de los mejores de mi vida, mi madre me obligó a salir a comprar el pan y por pura casualidad, Caterina salió en ese mismo momento de su casa también malhumorada, a las dos nos tocaba ir a por el pan.
Nuestra primera conversación fue simple. Al principio la odiaba, pues había sido muy borde:
-Hola, ¿Tú también vas a por el pan?- dijo Alice siendo lo más amable que pudo ser.
-Sí, ¿Tú también te metes en la vida de los demás como mis compañeros de clase?- soltó Caterina enfadada.
-Yo también estoy de mal humor, pero no soy borde como tú- se defendió Alice.
-Uy perdón, es que hay gente a la que el frío solo le hace estar de mal humor, y también hay gente como tú a las que les hace envejecer.
-Ah, pues haberte tapado más, no hace falta ir provocando.
Y seguidamente me fui sin esperar respuesta, pero la recibí:
-La envidia es mala... -dijo Caterina susurrando.
Yo hice oídos sordos y me fui.
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Dos corazones, una sola alma.
JugendliteraturEs una novela de amor, en la que descubriras la importancia de la amistad cuando a dos chicas les rompen el corazón