Era diciembre del 2015, había días en los que no podíamos vernos, tan solo nos mandábamos mensajes o me llamaba, pero con escuchar su voz me sentía en el paraíso, el siempre sabia como hacerme sentir mejor y yo sabía escuchar las locuras de su día, ansiaba el fin de semana para poder verlo y abrazarlo. Cuando llegó el día quedamos en salir a ver una película, escogimos la de mayor duración para que mi tío nos dejara estar más tiempo juntos
-Vámonos – dijo con una sonrisa picara
-¿Qué? ¡¿A dónde?! –dije sorprendida y divertida, le sonreí y lo besé
-A mi casa, no están mis papás –se mordió el labio y me sonrió
-¿Y si nos descubren?
-Llegaremos temprano, no se dará cuenta tu tío Ivan, anda por favor
-Mmmm.... Bueno está bien, pero tenemos que llegar rápido
-Claro que sí, mi princesa—me abrazó y corrimos hacia el elevador cuidando que no nos viera mi tío, llegamos a planta baja y nos dirigimos hacia la estación del metro, compramos los boletos y nos metimos al tren
-Lo que hago por ti —pongo los ojos en blanco y sonrío
-Pero así me amas, no? —dice juguetón. Por supuesto que haría cualquier cosa por él, paso una mano por su cabello tratando de acomodarlo, cuando bajo la mirada hacia él, me sonríe y juro que por un momento sentía como mi corazón salía de mi pecho.
-¿Cómo haces eso? —digo fascinada
-¿Hacer qué?
-Que me enamore de ti, que ahora no exista nadie más, solo tú y yo para siempre
-Supongo que somos almas gemelas, nacimos para estar juntos —toma mi mano y la pone en su corazón—Beth, toma mi corazón, ahora tu eres la dueña de mis sueños, esperanzas, de mi futuro, de mi alma y de mi corazón, tómalo todo porque tú me has convertido en algo que nunca pensé, mi versión mejorada.
-Entonces tú también tómame y ámame por siempre, quiero sentir esto por siempre—veo sus ojos llenarse de lágrimas, se acerca y me besa
-Joder, eres perfecta
Así transcurrió el camino, lleno de cursilerías, bromas e historias de nuestro pasado que eran muy similares, nuestros padres biológicos se desobligaron de nosotros desde que éramos unos niños y nos dejaron a manos de nuestros abuelos; si llegara a formar una familia con Bruno estoy completamente segura de que el sería el esposo padre perfecto.
Llegamos a la última estación y caminamos hacia su casa, el clima era perfecto y el atardecer hacia que la piel de Bruno luciera aún más bronceada y radiante, caminamos en silencio pero era agradable, mi mundo era él y eso bastaba para hacerme la mujer más perfecta
Después de caminar varias cuadras llegamos, era una casa grande de color marrón, abrió la puerta y pasamos al garaje, había demasiadas plantas y el carro de sus papás, voltee a verlo y el empezó a besarme apasionadamente, me recargó contra el carro y comenzó a besar mi cuello, pase mis manos por toda su ancha y masculina espalda
-Bruno...—murmure excitada contra su cuello, solo podía escuchar los latidos de mi corazón su respiración agitada
-Oh Beth, me fascinas—enrollé mis piernas en su cadera y alcé su cabeza para besarlo— ¿Quieres ir arriba?
-Si... —dije mordiendo mi labio
Abrió la puerta que nos llevaba a su sala y me tiro en el sillón se subió encima de mí y comenzó a tocar cada rincón de mi cuerpo y comenzó a subir mi blusa
-Bruno, espera... yo...—el dejo de besarme me miro a los ojos
-¿Qué pasa Beth? —dijo confundido
-Yo.. Soy virgen-sentí como ardían mis mejillas y mis orejas, mi piel era tan blanca que cualquier simple rubor se notaba. Alcancé a ver su sonrisa a pesar de la oscuridad que nos envolvía
-Déjame cuidarte—tomó mi mano y la besó— Y con esto cierro mi afirmación de que eres perfecta
Lo besé como si se me fuera la vida en ello, subimos a su habitación y comenzó a quitarme cada pedazo de ropa que veía en mí, me atrajo de la cintura y le quite su playera, tenía un abdomen fuerte tonificado y una línea de vello debajo de su ombligo que se me hacía extremadamente sexy, desabroche sus jeans y antes de que pudiera proceder a su bóxer, ya estaba tirada en la cama con las piernas alrededor de el
-Te amo, Beth. Quiero que seas mía y de nadie más, eres mi princesa, mi mundo, déjame cuidarte como tal, me besó y bajo su bóxer—Dime si quieres que paré, quiero hacerte feliz
Se introdujo dentro de mí y no hablo solo sexualmente, esa noche se metió en lo más profundo de mi alma, se enredó en cada uno de los cables que mantienen mis pies unidos a la tierra
Cuando terminamos el me abrazó y me besó con ternura.
Si tuviera que elegir, te elegiría a ti, besándome, cuidándome, sintiéndote.
Tan sólo esos momentos son los que guardo dentro.
Te elegiría a ti, De nuevo a tú, amándome.
Cantó a mi oído, su voz era dulce, jamás había escuchado una voz así
-Bruno, te amo como nunca había amado— besé su barbilla y me acurruque en su pecha con mis piernas entrelazadas a las de él, su corazón se escuchaba tranquilo, me quede pegada a el hasta que recordé la hora. DIABLOS, mi tío nos va a matar—Bruno, tenemos que irnos
-Tan pronto? —me miro haciendo un puchero y reviso su reloj—Creo que si tenemos que correr, tenemos 50 minutos para llegar
Nos vestimos lo más rápido que pudimos y el no paraba de verme
-Te he dicho que eres preciosa—lo miré por el espejo
-Y yo te he dicho que eres un mentiroso? —Me reí y bajamos rápidamente las escaleras, caminamos a toda prisa hacia el metro, teníamos 40 minutos para llegar, comenzamos a recibir llamadas de mi tío y para colmo el metro iba demasiado lento, cuando llegamos a la plaza corrimos hacia el cine donde veríamos a mi tío, y ahí nos estaba esperando de brazos cruzados y muy enojado
-Donde estaban? —le preguntó a Bruno con voz molesta
-La función termino y fuimos a dar una vuelta, no nos dimos cuenta de la hora—Lo dijo con tanta tranquilidad que me dejó sorprendida
-Que no vuelva a pasar—Comenzó a caminar rápidamente dejándonos a Bruno y a mi atrás
-Nos salvamos—Dije aliviada y lo besé en el cachete
-Tú me salvaste—Me abrazó por atrás— Fue el día más perfecto de mi vida, claro... después del día en que te conocí
-Eres el mejor lo sabes?
-Y tu eres perfecta lo sabes?
Llegamos a la estación del tren, no quería dejarlo ir, moría por desaparecer del mundo solo con el
-Cuídate mucho, gracias por este día tan perfecto—Lo abracé con toda mi fuerza
-Gracias a ti por estar en mi vida, espero llegues con cuidado mi princesa—me besó con suavidad
-Te amo.
-Te amo aún más.-Se despidió de mi tío y desapareció entre toda la gente que entraba a la estación. Al llegar a mi casa me recosté, estaba tan agotada, escuche mi celular vibrar.
Acabo de llegar, mi princesa.
Cuídate, tú eres quien lleva mi corazón
Espero tengas una hermosa noche y poder acompañar tus sueños
Te amo.
Su mensaje hizo que me sonrisa se ensanchara aún más, me dormí sintiéndome en el paraíso, deseando que fuera de nuevo fin de semana para volverlo a ver.
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Lo que nunca pude decirte.
RandomCuándo Elizabeth Jones conoce al joven universitario Bruno Gene se enamora al instante. Su inteligencia y su forma tan sumamente apasionada de ver la vida es lo que le atrapa. Ella tiene dieciséis años, está en la preparatoria, intentando escapar de...