7 │ Que empiece el juego

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Seok Jin

— ¿Cuál es el panorama? — le pregunté a Steve, el abogado de papá.

—Los papeles ya están siendo procesados— respondió con su voz ronca —. Tu labor es esperar las indicaciones de tu padre y prepararte para cuando llegue el momento. Espero que nadie más este enterado de estos asuntos.

— ¿A quién le diría? No es como si quisiera que alguien se entere de mis negocios— reí.

Y era verdad. Que la empresa de los Kim menor callera era solo el comienzo del juego que Taehyung había empezado. No podía aceptar que estuviera cerca de mí y menos de Sharmaine. Estaba enamorado de esa chica e iba a hacer todo lo que estuviera a mi alcance o inventaría nuevos métodos hasta llegar a ella. Siempre y para siempre.

Y es que estaba tan cerca de mi objetivo que no iba a dejar que nada se interpusiera y Yoongi solo era cuestión de tiempo para que desapareciera del tablero. Solo quedaba Taehyung.

Había utilizado a Kimi para visitar en repetidas veces su casa. Estaba al tanto de la madre y de cómo era el negocio de su padre, teniendo en cuenta que las empresas de mi padre eran accionistas mayoritarios y que la mayoría de lazos que había vuelto a crear el padre de Kimi estaban totalmente conectados con nuestro negocio familiar. Tomando ventaja necesitaba volver a botarlos del plano, por lo que, me atreví nuevamente a preparar la decadencia de los Kim menor.

Steve recogió sus papeles del escritorio archivándolos en fólderes para introducirlos en su portafolio con movimientos robóticos. Su vista jamás se posaba en mí pero esta vez sí lo hizo y dijo: —Tu hermana ha vuelto a escapar.

—Eso no es una novedad— me acomodé más en el sillón.

—Tienes razón, pero esta vez debería de importarte— volvió a sus papeles.

—No le veo el problema, siempre la vuelven a encontrar— respondí sin importancia. Mi hermana siempre volvía, al parecer era su juego favorito.

—Sí sabes que Min Yoongi está saliendo con Song Sharmaine, ¿verdad?

—Sí— respondí de súbito; sin embargo, Steve se mantuvo callado.

No entendí muy bien por qué era importante que yo debía hacer que ellos se separaran, al final no le tomaba importancia porque valía más una firma en un papel que esos estúpidos "sentimientos" que tenían entre ellos.

— ¿Por qué debería importarme? — interrogué sin poder detener el pequeño impulso de posesión.

Steve se detuvo en la puerta del estudio y volvió su mirada. —Si sabes dónde se encuentra tu hermana, deberías de decirle a tu padre.

Retomó su camino y salió del estudio dejándome aún más confundido de lo que ya estaba.

Me levanté del sillón. Tomé mis cosas y salí de casa. Entré en el auto y me dispuse a manejar hasta el J. Cuando estaba por entrar en el estacionamiento avisté a Yoongi y unos ojos color cielo. Me volví a enamorar enseguida. A medio parquear el auto salí sin tomar en cuenta lo agitado que me había hecho solo verla a plena luz del día. Solo podía verla durante las sombras de la noche en las fiestas de los drogadictos y ahora que tenía la oportunidad esperaba tener un poco de cordura y no volverme loco.

Observé que Yoongi se alejó de Sharmaine después de dejar un beso en sus labios y agradecí la oportunidad.

Me acerqué. —Hola— dije. Ella se giró y no parecía que estuviera de humor. Igual procedí —. ¿Cómo estás? Tiempo sin verte... ¿Sharmaine, no es así?

Niños Ricos │ Perspectivas (BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora