El tren de los ángeles.

El tren.

Estoy corriendo en una ciudad desierta, no hay nadie a la vista pero logro ver una figura masculina en la oscuridad aunque esta figura no es del todo normal, no logro descifrar que es lo que no encaja con el cuerpo.. -¡Despierta Aina! - El fuerte grito de mi mamá me sacó de mi extraño sueño. me vestí lo más rápido que pude ya que llegaba tarde al colegio, salí de mi cuarto y me dirigí a la cocina a tomar el desayuno para luego ir a la estación de tren, la cual quedaba muy lejos de mi casa y tenía que apurarme para llegar a tiempo.

  Cuando llegué a la estación el tren estaba por irse y me apresuré a subir, todos los días te veo, a la misma hora, en el mismo asiento del mismo tren. siempre estás con tus auriculares, con la música tan fuerte que se escucha por fuera de ellos, algunas veces te veo sonreír con esa sonrisa tan angelical que tienes, pienso que es por algún recuerdo que se cruza por tu memoria o que la letra de alguna canción te ha hecho sonreír, no puedo evitar mirarte, cuando sientes mi mirada sobre tí te volteas y en ese instante en el que nuestras miradas de cruzan puedo sentir el rubor de mis mejillas aumentando cada segundo. Cuando atravesé la puerta a punto de cerrar tu mirada se dirigió a mi, supongo que fue por como ingresé, con los pelos que me hacían parecer una loca y con la mochila que se caía con cada paso que daba.

  Hoy me salvaste cuando el inspector del tren me pidió mi boleto, entre tanto apuro no me di cuenta en que momento se me cayó pero por suerte lo encontraste, no sabía cómo agradecerte. Después de que me ayudaste a resolver el mal entendido con el inspector te sentaste a mi lado te agradecí la ayuda pero no respondiste sólo te pusiste tus auriculares nuevamente.. me hubiera gustado que hablemos más pero con tenerte a mi lado era suficiente para mí. Tu voz me transmite mucha paz y tienes una mirada muy profunda y tierna. Cada día me enamoro un poco más de tí...