Más allá del ordenador.

Un fandom.

Los días pasaban... ya se había vuelto rutinario para Oli llegar a casa y entrar al sitio éste donde existían chicos , como él, expresando lo que les pasaba, cantando, creando y demás. Buscaba siempre un rato libre y no tan libre para perderse en esa plataforma.

El muchacho ahora ya no solo hablaba con sus amigos por skype sino que tenía otros que seguía por twitter, que charlaban por mensajes directos, por grupos donde había como veinte personas y mandaban diez renglones de palabras sueltas para contar una cosa, fotos graciosas y así pasó de ser un chico gris y antisocial a ser integrante de un grupo de chicos a los que les gustaba lo mismo, que también se contaban sus historias personales y eran incondicionales a través de su celular.

Ahora era parte de un fandom.

La hora del almuerzo, actualmente, eran llamados de atención de su madre por no soltar el celular en toda la comida, él le explicaba que "hablaba con amigos" y ella dudaba porque en las noticias dicen que el internet es malo, que cada día raptan personas y en el peor de los casos las matan. Pero aún así lo deja, nunca estuvo tan sonriente y sin duda había cambiado(ella prefería pensar que era porque desde el día que llevó a Rocío a su casa eran novios).

Otro día que pasó y Oliver volvía a estar en el ordenador, con sus auriculares y una taza de café, se pasaba horas largas en twitter, viendo youtubers y de vez en cuando escuchando alguna que otra canción. Esa misma noche se topó con dos chicos que no había visto antes, tampoco en sus recomendaciones ni su amiga le había dicho que los vea pero la foto de presentación le llamó la atención así que entró a ver, obvio. El chico del vídeo era demasiado enérgico y eso le causaba gracia mientras que la chica intentaba ser lo más centrada posible pero su compañero no la dejaba, hablaban de temas sociales, de discriminación y violencia de género, que para él eran importantes, así que se suscribió para ver que más podían dar. Se pasó viéndolos por horas.

Ve el reloj son las 01:23am, al otro día hay colegio. Apaga todo, se cepilla los dientes y se mete en la cama sin dejar de pensar que tan identificado se sintió con el chico de los vídeos que veía hasta hace un momento atrás. Ese muchacho de unos veinti y tantos decía lo que pensaba, se veía orgulloso de lo que era y sobre todo daba un mensaje positivo de aceptación.

Quizás y que a él le gustase un chico de su clase no estaba mal, quizás era hora de empezar a conocerse sin miedo y entender que nadie puede juzgar sus gustos.