Bravo poeta

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Bravo poeta, que vuela como si consumiera setas, carga las balas y las anfetas, quiere soltar las letras, dejarse de tretas, de sentirse marioneta, como si le fuera la vida para hacerla esbelta.

Alejarse de anhelos, de miedos y espejos pegados a la pared con celo. Corre el suelo, recorre el cielo y camina por el fuego, cuantos dias de relleno, cuantas comidas de heno, que todo ha salpicado al cerebro.

¿Y si muero? ¿Que pasa si me ciego?

Adiós al cielo, al fuego y al suelo, al anhelo, por algo viejo o algo nuevo, al miedo, de lo ocurrido o de que pueda pasar algo más raro y extraño, y a los reflejos en el espejo, sobretodo a los reflejos, a lo que hubo y que ahora ese viejo escudo permanece ajeno.

A algún silencio que me pueda nombrar...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora