-Soy la mujer con más suerte del mundo, justo las preguntas que me estudié son las que han caído.
- Como siempre...todas las tontas tienen suerte. -dijo Mark y le dió un beso a Emily. Mark era mi mejor amigo, era ese tipo de chico al que se lo podías contar todo y no esperaba nada a cambio. Él era el novio de Emily, llevaban 4 años juntos y eran la pareja favorita del instituto , no era para menos, eran la típica pareja de película, él era el capital de baloncesto y ella la jefa de las animadoras. Por más que tratabas de buscarle algún defecto a alguno de los dos, era imposible encontrárselo. -¿qué tal guapa?-.
-Bien. ¿y tú?
-Genial. Hoy los chicos y yo hemos tenido un duro entrenamiento. Este viernes es la final...
-Lo sé. No te preocupes sabes que vais a ganar. Ademas voy a estar yo animándote, eso es otro aliciente.
-Mark se rió ante el comentario de Emily -seguro que sí. Después podríamos ir al Taco John's, si te apetece.
-Por supuesto. Bueno Kate, nosotros nos vamos a mí casa. Ya sabes, si necesitas algo, solo tienes que llamarle.
-Lo sé. Lo mismo te digo. -Emily se acercó y me dio dos besos y Mark movía su mano en señal de despedida.
Por una parte, lo admito. Envidiaba a Emily y a Mark, pero era, una envidia sana al fin y al cabo. Es decir, siempre estaban riéndose juntos, escuchándose, apoyándose, picándose cursimente. En definitiva, se tenían el uno al otro y yo...en fin... no he tenido ningún novio, o al menos, a nadie que lo haya podido considerar como tal. Los chicos que me gustaban,no me hacían el mínimo caso y a los que yo les gustaba, eran todos copias, a cada cual más lamentable. Pues sí, lo admito, soy una romántica empedernida. Una chica que esperaba encontrar algún día a su príncipe azul, aunque viendo como está la sociedad hoy en día, dudo mucho que lo consiga. Pero bueno, como suele decir mi madre: soñar es gratis.
Me dirigí a la parada y a la mitad del camino sonó mi móvil . Metí la mano en mi bolso y como siempre me puse a rebuscar y dar mil vueltas.
-Maldito móvil, siempre te escondes abajo del todo. Rapidamente lo cogí y era James, mi jefe.
-Dime James- conteste lo más rápido que pude.
-Hola Kate, era para preguntarte si podías venir esta tarde al Houston, es que Lara está enferma.
-Esta tarde por supuesto. Cuanta conmigo.
-Vale, estate a las cinco aquí.
-Allí estaré. James colgó. La verdad es que James era un gran tío. Era una persona muy seria en su trabajo, pero fuera de el era increíble. Le encantaba socializarse con la gente y todo el pueblo lo quería. Su sentido del humor, sus cafés, sus chistes malos y sus invitaciones a toda la barra cuando ganaba el Manchester. Estaba casado y tenía dos hijos. Su mujer era administrativa de una gran empresa de ropa y por lo que había escuchado era uno de los peces gordos de allí. Tenía que ser cierto, James siempre me decía que el si trabajaba era porque amaba su bar, pero que perfectamente podían mantener la casa y a los niños con el sueldo de ella.
YOU ARE READING
Always in my heart
RomanceKate es una joven de 22 años que estudia periodismo y tiene todo el futuro por delante, es divertida, torpe como ella sola y una romantica empedernida. Pese a esto, Kate nunca se ha llegado a enamorar. Ella tiene una cosa clara y es, que ama el amor...