Capítulo 1

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Fue un sábado por la tarde de un caluroso verano en el cual Lia tomó aquella repentina decisión, tan solo había visto 18 primaveras pero la joven pensó que aquellas eran suficientes.

Hija de una madre sumisa pero controladora, hija de un padre dominante pero callado, la joven Lia creyó que esa era una buena decisión, ya estaba cansada de su vida y aburrida de todo lo que había a su alrededor, quizás podría irse de viaje a algún recóndito lugar esa era una buena solución pero válgame Dios para Lia esa era una pésima opción ¿Quién calmaría a su madre en los instantes de ira en los que se cansaba de todo y le gritaba a su padre? ¿Quién controlaría a su padre cuando este explosionara y le devolviera los gritos a su madre? ¿Quién cuidaría a su sobrino cuando su hermana tuviera que quedarse hasta el día siguiente en su trabajo y su madre estuviera demasiado cansada? ¿Quién escucharía las historias de los mil y un amores de su hermana, aquellos tantos amores que conocía en su trabajo como policía del distrito? ¿Quién escucharía las penurias de su mejor amiga que hace poco acababa de terminar con su enamorado que para colmo era el primo de Lia? Eran muchas cosas las que tendría en mente si se atreviera a irse de viaje y todo ¿Para qué? Haría un gasto innecesario, se la pasaría encerrada en el hotel y estaría carcomiéndose la mente por la preocupación. No, una mejor opción era la muerte, sí al inicio estaría muy indecisa pero esa era la primera gran decisión que tomaba y por primera vez iba a realizar algo que quería, por un tiempo algunos estarían tristes ¿pero ella? Ella sería libre, ella sería feliz.

Fijó la hora de su muerte para el sábado de la siguiente semana a la misma hora en la que se le ocurrió la estúpida idea, luego ella pensó en los métodos que podría usar para morir hasta que llegó a la conclusión que tomar unas pastillas sería la mejor opción, estas serían fáciles de conseguir puesto que su madre tenía muchas de ellas guardadas en un cajón de su repisa ya que sufría de insomnio. Se dijo que dejaría una carta a sus padres para así liberarse del pesar que llorarían por su muerte unas cuantas horas, en la carta les pediría perdón y les haría la miserable petición de que en memoria a ella dejaran de pelear y vivan una vida feliz, después de todo al menos algo bueno de su muerte tenía que sacar ¿verdad?

Y así con todos aquellos absurdos planes en la cabeza de dispuso a mirar un poco de televisión, tal vez así se lograría distraer un poco.

El domingo por la mañana despertó como siempre lo hacía con los ruidos de su padre limpiando la casa por fuera y con los ruidos de su madre preparando el desayuno, ese día pasó como todos los demás, desayuno, almuerzo y cena los 3 sin hablar. Al menos por el momento por su sobrino no se tenía que preocupar puesto que había ido a la casa de su padre a su visita semanal.

________________________________________________________________________________Lo siento si hay algún fallo ortográfico o algo, tan solo soy una simple aficionada que después de mucho tiempo decidió publicar algo.

Espero que les guste, déjenmelo saber en sus comentarios y con sus estrellitas

Lia decide MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora