Capítulo 3

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El funeral comenzó, todos lloraban, su madre se derrumbaba, su mejor amiga se culpaba y su padre tan solo observaba aunque por dentro todo se destrozaba. En la última banca había un chico con una flor que miraba todo tratando de no perder la razón ¿Cómo es que se llamaba? ¿Santiago? ¿Gonzalo? Sinceramente no lo sé. Lo único que se veía en sus ojos era desesperación. Él la amaba, ese día le iba a confesar su amor.

Lia no murió durmiendo, no murió en silencio, no murió como ella lo planeó. Murió en medio de un caos, murió en un acto de buena fe, a uno de sus amigos salvó y en consecuencia ella su vida entregó. Al fin de cuentas es lo que ella quería, no vivir más, no respirar más, no sufrir más y lo logró.

Con el tiempo el grupo de amigos de desintegró, su padre se suicidó, su madre la cordura perdió y la vida de aquel desolado enamorado se marchitó.

Lia importaba, sí que importaba pero eso era algo que ella nunca vio, era la que mantenía a muchos unidos aunque ninguno de ellos pudo ver como ella por dentro moría, ninguno observó como ella dejó de sonreír, como ella dejó de vivir como poco a poco entró al mundo de la depresión.

Y quién soy yo? Yo era su ángel guardián, quien en su misión fracasó, no la supe cuidar, no pude hacer que encuentre la felicidad y es por ese motivo que hoy mis alas cortarán.

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Bueno chicos esta historia finalizó, sinceramente no pensé volver a escribir aquí pero bueno espero que les haya gustado esta extraña historia que nació en mi extraña cabecita.

Lia decide MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora