Capítulo 1

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Hola gente!!!! :D Después de una larguisima espera les traigo el primer capi de la tan esperada segunda temporada de "¡Institutos, chicos y otras muchas locuras de adolescente!" ^^. He de agradecer a una de mis lectoras su gran interés diciéndome varios títulos para esta historia, pensé en ponerle uno que me sugirió que era "Siempre pensé...", pero decidi finalmente llamarla "Aquel instituto", pero quiero agradecerle muchísimo que me sugiriera ese otro ^-^!!

Sin más dilación aquí os dejo el capi :3.

Todo se volvió un caos cuando la carta llegó al buzón de nuestra casa. No me enteré de la noticia hasta un par de días después, pero en ese tiempo, intuí que algo no iba bien (a mamá se le notaba enseguida cuando ocultaba algo). El día veintidós de marzo cuando ya estaba bien entrada la tarde me dijo que me sentara en la mesa de la cocina para hablar de una cosa. Obedecí intrigada en parte por lo que tuviera que contar, que hubiera causado tal expresión de desolación en su cara. Se sentó a mi lado con una taza de té inglés entre las manos.

Era uno de esos días del año que esperabas que hiciera tanto calor como frío. Ese, había resultado ser un día de lo más fresco. Mientras la contemplaba como se calentaba las manos con el recipiente de cerámica barnizada, dirigió por fin sus ojos dorados hacia mí.

- Lilith tenemos problemas.

Esa palabra abarcaba muchos significados, y el que usara el "nosotros" para usarla hizo que sintiera una opresión en el pecho. Algo que nos abarcara a ambas debía ser algo malo de verdad.

- ¿Qué es lo que pasa mamá?-hablé más bajito de lo que me hubiera gustado.

- Hace poco recibí un tercer aviso de impago de la hipoteca del banco. Nos embargan la casa en dos semanas.

No sé si en ese momento abrí demasiado los ojos, o simplemente entre abrí la boca de pura conmoción e incredulidad. No daba crédito a lo que oía.

- ¿Qué?, pero... ¿por qué no has pagado?

Mi madre cerró los ojos unos segundos y soltó un gran resoplido de frustración.

- Hace un mes y medio, ¿recuerdas lo que paso en la guardería, no es verdad?

Asentí.

Mamá trabajaba en una guardería que ella misma había adquirido hacía varios años. Aunque solo me tuviera a mí como hija, le encantaban los niños. Cuidarlos era su gran pasión y vocación. La mayoría de infantes del barrio acudían a sus cuidados. Pero hace unas semanas la guardería tuvo un accidente, a causa del mal tiempo invernal que se había desatado en nuestra ciudad.

Un enorme árbol que ocupaba una parte del jardín de la propiedad, había cedido ante las fuertes corrientes de viento, y se había estrellado de lleno contra el tejado de la guardería. El recinto era de los años 60 y el edificio en consecuencia, no era para nada nuevo, así que el árbol abrió un gran boquete en el techo de la construcción. El agujero actuó como dinamita que se coloca en un edificio que se quiere derruir. Toda la guardería se vino abajo.

Recuerdo que esos días no fueron nada buenos para el ánimo de mi madre. Se pasó los días siguientes recibiendo llamadas durante el día de los padres de los niños que asistían a sus cuidados, y por las noches se dedicaba a hacer presupuestos lo más económicos posibles para arreglar la construcción invirtiendo el dinero que habíamos ahorrado hasta entonces.

Mamá dejo la taza en la mesa y me tomo de las manos sorprendiéndome. Estaban calentitas.

- Verás Lilith, no te había comentado nada. Pero cuando decidí hacer la reconstrucción del edificio de la guardería contraté a unos albañiles con un presupuesto un tanto desajustado, y me temo que el dinero que he invertido no fue suficiente para que acabaran las obras.

Aquel institutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora