Capítulo 12

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Holis mis lectores!

Aquí os traigo nuevo capi :)

Disfrutadlo! :D

Mi nivel de incomodidad en el camino de vuelta no creo que cupiera en la escala de incomodidades.

Llevábamos solo un par de minutos andando de camino a mi casa. Ninguno había abierto la boca desde que habíamos salido por la puerta del hogar de Ian.

Él caminaba al lado mía, relajado, con las manos en los bolsillos de sus pantalones. No parecía que estuviera incómodo para nada. Todo lo contrario a mí.

Había sido toda una sorpresa darme cuenta de que la personalidad de Ian no era como yo la imaginaba. Desde que nos habíamos conocido me había tratado de buenas maneras, con educación y amabilidad. No digo que ya no fuera así, solo que había añadido además una faceta en la que me trataba con más confianza pero con el mero propósito de burlarse de mí. Y eso no me gustaba.

Tal vez fuera una exagerada, pero no me gustaba que me dijeran que era infantil.

- Te van a salir arrugas.

Que hubiera roto el silencio de repente me cogió por sorpresa.

- ¿Qué?

- Llevas con el ceño fruncido todo el camino. Te van a salir arrugas.

Me miraba levantando las cejas divertido.

Esta vez sonreí yo, dándome cuenta del significado de lo que acababa de decir.

- Entonces… ¿Quieres decir que me has estado observando todo el camino?-solté subiendo y bajando las cejas.

Lo que dije produjo el efecto contrario a lo que esperaba. Su sonrisa se ensanchó.

- ¿Eso te hubiera gustado verdad?

- No te confundas, a todos no nos gusta ser el centro de atención, ¿sabes?

- ¿Y quién te ha dicho que a mí me guste ser el centro de atención?

- Desde que he llegado no he visto que te quejaras tampoco.

Dejo a un lado la sonrisa.

- Vamos a dejar esta conversación para otro momento.

¡Ja! Yo había ganado.

Sonreí.

- Bien.

Le miré de reojo. Ya no parecía tan relajado como antes, ahora se veía un poco más serio.

Suspiré. Estaba deseando llegar a casa.

Aquel día había resultado más raro de lo que hubiera imaginado. No me esperaba un giro así en nuestra manera de hablarnos.

Después de todo, yo no conocía para nada a Ian.

Cuando llegamos hasta mi casa, espere a que él dijera algo. Pero como veía que solo se limitaba a mirarme, opté por ser yo la que se despidiera primero.

Levanté la mano a modo de “adiós”.

Por fin dejo de lado ese aire serio, sonrió y me imitó.

- Gracias por cuidar de mi hermana hoy. Nos vemos.

Tras eso se dio media vuelta y se fue.

Me quede mirándole un par de segundos. Luego entré en casa.

Pasaron algunos días en lo que no volví a casa de Ian. A él ni siquiera lo vi por los pasillos del instituto.

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