Después de que metieran y comodaran los muebles me di la tarea de recorrer la casa.
Todas las puertas eran de madera al entrar estaba la sala y después de esta las escaleras que llevan a los cuartos, algo muy bueno era que el baño estuviera alado de mi habitación, así no me dará tanto miedo pararme a orinar en la noche debido a mi pequeñaa vejiga.
Entre a mi habitación y para mi sorpresa era casi el doble de grande de mi habitación anterior, con una gran ventana y un lindo balcón bastante amplio.
Sinceramente emepecé a pensar en papá y que estará haciendo, el obviamente pondría todo bajo control en un día en lo que a nosotras nos costaría un mes. Es bastante amplia a pesar de que fueramos dos mujeres con millones de pertenencias, pero aun así faltaba la presencia imponente de mi padre cuando siempre quería todo en su lugar, y siempre olía a menta cualquier rincón de la casa.
Mi madre iría a su primer día de trabajo así que yo tendría que hablar con el director de la preparatoria mas cercana para que me acepte, jamás me había ido a inscribir a una escuela yo sola, de echo ni siquiera me había cambiado de escuela, toda mi vida había sido en New York y jamás había salido de mi mundo, hasta ahora.
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-Buenos días, ¿Podría pasar con el director Po... Powell?
El portero de la entrada solo asintió y abrió el gran zaguán y con su dedo índice me indicó hacía donde debía de avanzar.
Había un pasillo muy solo y eso me daba un poco de miedo, no es muy común que en una escuela llena de adolescentes estúpidos llenos de hormonas y a los que les vale todo estuviera tan callada, como si no hubiera nadie.
De repente escuche un portazo y yo me sobresalte, vi a un chico que salió corriendo de una puerta de hasta el fondo.
-Estúpido gordo Powell ¿Quién se cree que es para mandarme a detención?
-¡Fíjate idiota! ¿Acaso te faltaron otros tres metros para pasar?
El idiota aparte de asustarme me empujó.
El volteó con una mirada amenazadora, abrió un poco la boca y dejo escapar una frase.
-No es mi culpa que seas talla 11.
Esto había ido demasiado lejos y yo ya iba tarde con el director.
-No tengo tiempo de discutir con idiotas como tu que no valen la pena.
Me di la vuelta y empecé a caminar, supongo que el hizo lo mismo, ese idiota se me hacía conocido pero no sabía de donde y a pesar de lo arrogante y respondon se me había echo muy lindo.
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-Entonces ¿Sería todo señor Powell?
-Si mi querida Samantha todo en orden, mañana podrás venir a tu primer día, aquí están tus horarios y tus profesores.
A pesar de sentirse un galán y gran comediante ese gordo se había equivocado con mi nombre, pero eso no era tan malo ya que si me metía en problemas sería más fácil safarme de ellos.
Salí de su oficina y decidí darme una vuelta a ver un poco de como era la escuela, era más pequeña que mi antigua escuela pero esta era más bonita, creo que me irá bien.
Era hora de irme para arreglar mis cosas para el día siguiente, empecé a caminar y al no darme cuenta uno de mis pies se atoró en la coladera del patio, no había nadie que me ayudara y yo empezaba a entrar en desesperación cuando de repente vi que alguien se acercó a ayudarme
-¿Necesitas ayuda?- lo dijo con una pequeña risa.
-¡Nooooo, para nada, metí mi pie a propósito, no sabes, me encanta estar aquí!
-Perfecto entonces... adiós.
-Ven aquí idiota, obvio necesito ayuda.
-Te ayudaré si dejas de llamarme idiota.
-Deacuerdo, lo siento, ahora ayudame.
Se acerco a mi y me agarré de su hombro mientras el forcejeaba con mi pie y fue entonces cuando lo vi fijamente y... oh mierda, no lo podía creer...
Di un salto hacia atrás haciendome caer de nalgas.
-Tú eres el idiota en la carretera ese el de la novia que me trató de joder.
-Sorpresa, que pequeño es el mundo ¿Cierto? parece que eres nueva, creo que nos vamos a divertir.
Stella Conor, la persona con la peor suerte del mundo.
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¿Cómo es que todo pasó tan rápido?
RomanceHola soy Stella tengo 17 años y soy de New York, hace un mes me mude a un bonito barrio aquí en Florida, aquí todo es muy tranquilo, hay un parque cerca, hace un poco de frío en casa pero no importa todo es muy lindo, ¿mencione que los vecinos tamb...