Una vez en el tiempo, en el medio de la noche una chica y un tiburón se levantaron para luchar. Son tan diferentes pero tan parecidos , el esta condenando irremediablemente, mientras ella brilla entre embellecidos.
Ella camina con gracia entre la oscuridad, ignorando el peligro constante ajena al tiburón observante. Ella baila alrededor llevando alegría y sonrisas para aquellos corazones dolidos como una bella poetisa.
Ella cree en las almas gemelas, ella cree en el amor pero la cruel verdad es que no tiene ninguna de los dos. Dolorosamente, el tiburón ha perdido su alma pero el piensa que ese vacío ella puede llenarlo con alma. Ese gran vacío en su pecho que se lo traga todo como un depredador al acecho. El dolor lo ha vuelto insensible conviertiendolo en un monstruo frío, un monstruo que no merece el amor.
Las palabras dolorosas han estampado su espíritu, las cicatrices han marcado su cuerpo, la salvación es inaccesible para él. El es solo un don nadie.
La chica y el tiburón deben permanecer separados porque el no herirá su precioso corazón acaramelado.