CARTA #1

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15 de Abril del 2010

Este es el día en que todo comenzó, mi nombre es Adner Prior y debo aclarar que al comenzar a escribir estas cartas no pensé ni siquiera que alguien las leería, pero mírate, aquí estas, leyendo mi más oscuro día y un suceso que no solo me marcó, sino que marcaría al igual mi final.

Todo transcurría normal en la ciudad de Oregón, el día estaba soleado y se podía apreciar como este sería un gran día para muchas personas, pero no para mí, porque detrás de la puerta se hallaba un verdadero infierno, mamá terminaba de hacer el desayuno mientras papá leía el periódico, yo estaba nerviosa en mi asiento, ya que ese día tendría examen y la noche anterior no había dejado de estudiar, no porque quisiera realmente hacerlo, solo que los sollozos de mamá y sus gritos no me dejaban dormir, ese era mi último año de preparatoria y de verdad estaba emocionada porque pasara lo más rápido posible, pero a la vez no sentía que fuera lo correcto, porque papá ya había dicho que no me iba a pagar ninguna universidad ni iba a dejar que me fuera de su lado, a mi me parecía una grandiosa idea, no quería que mamá se quedara sola con él.

Mamá termina de acomodar los platos en la mesa y se sienta a mi lado, ella era realmente hermosa, cabello rojizo, tes pálida y ojos azules como el cielo, ella era realmente un ángel, papá, por otro lado, era un hombre serio y de carácter bipolar, su tes era pálida y su cabello castaño, creo que lo que nunca olvidare serán sus ojos oscuros y vacíos, realmente carecían de algún sentimiento de culpa y piedad reflejados en ellos.

Mamá esa mañana estaba mas tensa que lo normal y se notaba lo precavida que estaba a cualquier movimiento de papá.

Debí ver las señales...

Me levanté de mi asiento y le di un beso a mamá y a papá, pero antes de irme mamá corrió detrás de mi y me dio un gran abrazo.

-Te quiero- Susurró en mi oído y me dio otro beso en mi mejilla, sonríe y salí de casa, mientras me dirigía al instituto varios autos pasaron por mi lado, no les di mucha atención y seguí mi camino.

En este punto ya debes tener una idea de lo que sucedió esa tarde de Abril, el día en que mi mundo se vino literalmente abajo, cuando llegue a casa nadie respondió, nadie, asustada corrí a la parte trasera de la casa y abrí rápidamente la puerta, la cocina estaba impecable, pero al salir de esta lo único que hallabas era sangre, había mucha sangre, las paredes estaban en tonos carmesí y en las escaleras se ponían apreciar manchas de manos borrosas, ya al punto del colapso, corrí escaleras arriba y abrí la habitación de mis padres con brusquedad.

Debí haber hecho algo...

Mi respiración era un desastre, mis manos sudaban al igual que mi frente, tenia miedo, miedo de que papá hubiera hecho algo con mamá, tenia miedo de entrar a ese pequeño cuarto y que todo se cayera abajo, pero lo que nunca olvidaré, sera sentir el miedo de la soledad, no quería quedarme sola, pero esas palabras quedaron en el aire cuando entre y vi a mamá muerta, su tes estaba más pálida y casi no se podía apreciar su rostro, ya que este estaba hinchado y lleno de sangre.

Las lágrimas corrían por mis mejillas y no paraba de sobar el cabello de mamá, grité, lo más fuerte que pude y baje corriendo las escaleras, estaba totalmente desquiciada, la ira es un sentimiento muy fuerte, que puede llevar a las personas hacer cosas que no quieren, pero yo realmente lo quería muerto, ese hombre no solo me había quitado a mi madre, sino que también había arrebatado el único significado que tenia de hogar, mi garganta pedía agua a gritos, pero yo simplemente no paraba de gritar.

Los oficiales llegaron a la escena y dijeron que había sido un robo que término mal, ya que no encontraban joyas ni dinero por ningún lado de la casa, me sentía inútil, con tan solo 17 años, no sabia que se debía hacer en estas situaciones, ni adonde pararía, a donde iría, mi cabeza estaba a punto de explotar, al llegar a la estación me interrogaron, pero como había gritado tanto, mi voz apenas era un susurro.

Donde estaba papá, que pasó realmente esa tarde y porque no volví antes de la escuela a casa, son dudas que me perseguirán por siempre, pero no quitaran el terrible resultado.

No solo perdí a mi madre esa tarde, me perdí a mi misma, estaba totalmente sola en este mundo, no había salido mucho de casa, así que familiares, no sabia si tenia, amigos, era más una persona de hablar conmigo misma que con las demás, y para el final del día, la única solución que dieron los oficiales, fue entregarme al estado, o al menos hasta que fuera mayor edad, que terrible decisión de ellos.

DULCE VENGANZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora