CAPÍTULO 3.

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—¡Baja las luces!—gritó JiMin, golpeando el guardabarros delantero del auto de YoonGi. Hoy, definitivamente no había sido su día.

—Joder, perdona.—se disculpó él, dentro de su auto. Bajó las luces. JiMin cruzó la calle rápidamente salpicando el agua de la lluvia con sus zapatos.—¡Oye!—gritó él, para que el otro pudiese escucharle.—¿Te llevo?—.

Jimin tragó saliva. Respiró hondo. Tenía el cuerpo completamente mojado y la cabeza hecha una mierda. Él, hecho una mierda.

Corrió hasta la puerta del copiloto del auto de ese hombre que ni siquiera conocía. Pero a esas alturas, eso era lo último que le importaba. Entró. Una pierna, luego la otra. Cerró la puerta. Echó la cabeza para atrás. YoonGi miró de reojo. Así podía ver mejor las cosas... Él mojado, era perfecto. Un ligero calor invadió a YoonGi de pronto, al fijar su vista en la camisa blanca que se transparentaba gracias a la lluvia, haciendo notar los pezones erguidos de su acompañante a causa del frío.

—¿A dónde te diriges?—le preguntó YoonGi, cortando su hilo de pensamientos. Apretó el acelerador, el semáforo ya había vuelto a ser verde.

—No lo sé...—susurró JiMin. Tenía la voz debilitada.—No tengo dónde ir.—confesó. Lo miró. A pesar de la oscuridad, tenía que admitir que era hermoso.

—Eso es malo...—se burló YoonGi.—

—Muy malo.—le siguió JiMin. Colocó sus dos manos sobre su rostro. Si le contara al menos una pequeña cosa de las que había vivido hoy...— ¿Sabes? Hoy todo se ha vuelto una mierda.

—¿Cómo te llamas?—

—Soy Park Ji Min.—se presentó, estiró su mano hacia él.

—Min Yoon Gi.—respondió él, estrechando su mano. Tocándola. Tocándola como hace unas horas atrás lo había hecho.—Y... JiMin, ¿por qué hoy todo ha sido una mierda?—se miraron. JiMin sonrió.

—No creerías si te dijera que hoy han robado el lugar en dónde trabajo, y que yo he sido cómplice.

YoonGi lo observó detenidamente, ¿qué decirle? Sólo actuar normal, él no sabía nada. Él no había hecho nada.

—¡Vaya! ¿En serio?—

—Sí, todo un lío. Mi jefe piensa que yo estoy involucrado con uno de esos tipos y me ha despedido. Genial, ¿no?—

YoonGi tragó saliva.

—Es un imbécil, no creo que tú tengas algo que ver.—

—No tengo nada que ver. Es sólo que yo he abierto la caja fuerte. Yo era el único que conocía las claves.—

—¿Mala suerte?—

—La peor.—

—No es tan malo, seguro te aceptarán en otro lugar.—

—Es malo, me han quitado hasta el departamento en dónde vivía.—

YoonGi se estremeció. Joder, ¿era cierto? No se lo merecía en absoluto.

—Lo siento mucho...—

—No lo sientas, tú no tienes la culpa.—

Un remordimiento más. Lo dejó pasar.

—Y... ¿Qué harás?—inquirió él.

—No lo sé.—volvió a decir JiMin. De alguna manera su vida se había vuelto totalmente incierta en ese momento. No tenía trabajo, no tenía a dónde ir y sólo contaba con un poco de dinero, lo poco que le había quedado por la reciente mudanza.

—¿Tienes dónde dormir?—

JiMin abrió los ojos pero no lo dió a notar. Apretó los labios y lo miró de reojo. ¡Qué guapo que era! ¡Mucho!
Sus brazos contra el volante lo hacían estremecer. Le hacían querer tocarlos, acariciarlos. A él. A él completamente. Mientras mordía sus labios, negó con la cabeza.

—Podrías quedarte en mi casa por ésta noche. No tengo problema.—dijo sin demostrarle alguna emoción, quería parecer frío.—

—¿Tu y yo...—

—Dormiré en el sofá, no te preocupes.—

JiMin rió. Broma de mal gusto, él no quería eso. Tal vez... Tal vez se estaba imaginando otro tipo de escena.

—Claro, si no tienes problema, por hoy puedo quedarme.—

TENTATION (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora