Las 100 desventajas de haber nacido Olivia.

1: Los profesores malinterpretan todo.

22 de marzo de 2017

"¿Qué quieres ser de grande?". Esa era la frase que estaba escrita en el papel que la profesora de Tutoría nos repartió a cada uno de nosotros. Parecía tener resaca de nuevo, aunque eso ya no sorprendía a nadie.

Pensé. Había solo una cosa que quería ser, pero era demasiado vergonzosa... aunque, pensándolo mejor, ¿acaso a alguien le importa eso? Porque a mí no.

Entonces, lo escribí.

"Quiero ser un niño de verdad". Sí, esa fue mi respuesta. Estoy sentado en el salón de clases, en la hora del recreo, comiendo pasas de uva mientras mi profesora me mira, enojada quizás, y toda la clase se ríe. Nunca salimos al recreo a la hora exacta, siempre pasa algo. La mitad de las veces, ese algo soy yo.

Mi nombre es Oliver Yoon y pedí ser un niño de verdad. El que pida eso no tiene ningún misterio, en realidad.

-- ¿Me está tomando el pelo, Yoon?

Sonrío. Debe haberlo malinterpretado luego de haber visto Pinocho con alguna de sus nietas, de las cuales habla sin parar durante horas.

-- No es así, profesora.

-- ¿Entonces? Explícate.

Es algo simple, tanto que quizás ni siquiera debería decírselo. Sería un malgasto de tiempo.

Mi nombre es Oliver Yoon, y nací siendo Olivia.

***

Estoy en detención, otra vez. Maddy y Nico, amigos desde que Maddy se convirtió en una acosadora profesional (según afirma ella) están riéndose a carcajadas de alguna otra estupidez mientras el profesor que se debería estar encargando de nosotros toma su café a sorbitos. Carraspea.

-- Chicos, hablen más bajo. Si los idiotas de la administración nos descubren holgazaneando vamos a estar en la mierda.

Me río. El profesor Thompson me agrada: no se molesta en parecer educado.

Thompson también suelta una risa. No creo que sea difícil comportarse como un profesor estricto, pero él lo considera una pérdida de tiempo, así que con dejarnos hacer lo que se nos cante mientras él desayuna (un desayuno-almuerzo) se contenta... a menos que un gracioso le tire la taza de café. Ahí se enoja de verdad.

-- ¿Y entonces? -- dice Maddy, abalanzándose sobre un paquete de galletitas que me robó.

-- ¿Qué? -- pregunto.

-- Que cómo reaccionó la loca.

-- Ah. Bueno, salió enojada, como si estuviera demente, y luego volví aquí por otra semana.

Thompson aplaude sarcásticamente, Maddy chifla y Nico se destartala de la risa con la cara de su amiga intentando silbar, al igual que yo. Siempre igual.

Estar castigado aquí no está tan mal como en mi anterior escuela. De hecho, tenemos un trato: el primero que delate al profesor (el cual debería estar vigilándonos y dándonos tareas) o a los alumnos (que deberían estar trabajando) será acosado de por vida por todos los que siempre acabamos aquí... y vaya que eso da miedo (nótese el sarcasmo).

En fin. Supongo que no puedo quejarme demasiado; después de todo, las cosas siempre podrían ser peor.

----------------------------------------------------------------------------

Es un inicio cutre, lo sé, pero aguanten un poco. Si no entendieron bien de qué va esto, trata sobre los secretos de las personas: de por qué Oliver decidió ser un niño, basándonos en sus desventajas (los nombres de los "capítulos"), de por qué Maddy es tan confiada, de por qué Nico siempre es castigado, de por qué el nuevo (que todavía no aparece) nunca habla y de por qué el profesor es tan inmaduro. Muchas de esas cuestiones no aparecen aún, pero, con el tiempo, se irán uniendo a la historia principal (la relatada en la descripción de la historia), para que, cuando esto termine, todas las dudas posibles estén aclaradas.

Bueno, bye XD y voten >:v9