Todo esta bien

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Gaara observaba como todos en la aldea hacían cosas para embellecer las calles y las casas. Era un día de fiesta en Suna, seria oficial que el chico pelirrojo era el Kazekage, tanto esfuerzo por parte de todos, sobre todo de sus hermanos, habían rendido frutos. Miró hacia el traje blanco y sombrero que pronto tendría que ponerse.
Su mente lo llevó a un día que se volvió más y más angustiente con el pasar de los años.
Estaban en su casa y no había nadie mas que los tres hermanos. Lord Kazekage Rasa había ido al país del rayo por un tratado que había quedado a medio hacer, Yashamaru estaba en una misión y volvería en la mañana, la que estaba a cargo de todo era Temari, una niña de siete años.
Kankuro había salido de su habitación y corría por toda la sala mostrando su nueva marioneta. Antes de que Gaara se diera cuenta, su hermana mayor lo había sentado entre sus piernas en el suelo y Kankuro lo hacía reír con el pequeño muñeco de madera.
El pelirrojo reía sin parar, con una mano intentaba agarrar la marioneta y con la otra tenía fuertemente agarrado su oso de peluche. Las risas de las tres pequeñas personas retumbaban en la enorme mansión vacía.
Hasta que el hermano del medio tomó a la fuerza el peluche de Gaara para hacer un show de muñecos. Claro que el pequeño pelirrojo no entendió eso.
- ¡Dame mi oso!
- Pero Gaara... va a ser divertido.
El pelirrojo se apartó de su hermana y miró a Kankuro con odio en los ojos, el por instinto se alejo del niño lo más que pudo quedando su espalda pegada a la pared.
- ¡Yo quiero mi oso!
Arena salió de la vasija que llevaba en la espalda y formaron picos en dirección a Kankuro, Gaara lloraba y acompañado de un grito desgarrador, alzó la mano para enviar la arena a su hermano.
Temari corrió lo más fuerte que pudo hasta interponerse en el medio recibiendo ella el impacto de los picos. Uno en cada hombro y otro rozó sus costillas.
Ambos hermanos, al ver esto abrieron sus ojos como platos. La sangre manaba de las heridas y Temari hacía todo lo posible para no llorar y transformar la mueca de dolor en una sonrisa.
- Todo esta bien, chicos.
- Te.. te.. Temari... -Kankuro no tenia palabras, miraba asombrado la figura de su hermana protegiéndolo.
- Yo... no quería... Temari...
- Gaara -dijo ella con mucha dificultad- no es tu culpa.
La arena volvió a la vasija y Temari cayó, su hermano castaño la tomó para que no se golpeara con el suelo y la puso sobre sus rodillas.
- Busquen un... -Ella cero los ojos escuchando los gritos desesperados de sus hermanitos para que despertara.
Sintió como era cargada y depositada sobre algo suave, le quitaban la ropa y curaban sus heridas.
Las voces agudas de Gaara y Kankuro se mezclaban con la de alguien mayor. Un hombre. No podía abrir los ojos para ver quien era y le molestaba no poder dormir con lo cansada que se sentía.

Kankuro lloraba y decía el nombre de su hermana para que abriera los ojos, Gaara estaba petrificado mirando la sangre que salía de su hermana y se sentía culpable. Su hermana siempre había sido buena con él y solo la lastimaba.
La puerta se abrió y dejo pasar a un cansado Yashamaru, había intentado cumplir con la misión lo más rápido que pudo para poder cuidar de sus sobrinos pero al llegar la escena que vio lo dejó sin palabras y se puso nuevamente en acción. Llevó a la niña a su cuarto para poder curarla, se alivio cuando notó que ninguna de las heridas era grave, así que con sus conocimientos básicos en medicina pudo detener el flujo de sangre y cocer la piel.
Cuando se aseguró de que Temari estuviera bien, desató sus coletas para que descansará mejor y volteó para ver a sus otros dos sobrinos.
- ¿Que ocurrió?
Los niños, entre sollozos y gemidos, le explicaron lo ocurrido a su tío. Gaara se quedó más atrás que Kankuro y veía a Temari con temor, no quería acercarse por miedo a que la lastimara otra vez.
- Estoy seguro de que no está enojada con ninguno de los dos.
Su tío había tenido razón. Cuando la niña se recuperó por completo volvió a ser la misma de siempre, velando para que sus hermanos estén bien y esforzándose para que Gaara no se sintiera culpable.
...

Una mano en su hombro lo hizo volver a la realidad, Temari, ya cambiada y lista, fue a buscar al futuro Kazekage para ir a la ceremonia, pero se sorprendió cuando lo encontró aún en sus ropas habituales.
- Vamos. Tenes que cambiarte.
Ella tomó el traje entre sus manos y ayudó al pelirrojo a ponérselo. Cuando colocó le sombrero no pudo evitar acariciar su blanca mejilla y sonreirle de forma maternal.
- Onee-san, te pido disculpas por...
- No digas nada. No era tu culpa y quiero que sepas que los amo a pesar de todo.
Kankuro apareció en la puerta y al ver que sus hermanos estaban abrazados decidió unirse a ellos.
Así los tres salieron de la habitación apoyándose mutuamente el uno en los otros.
Porque ellos siempre serían conocidos como los hermanos de la arena, el trío inseparable.

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⏰ Última actualización: Apr 30, 2017 ⏰

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