1.Menudo comienzo de curso...

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Me despierto al oír el sonido del despertador -cacharro del demonio, un día te estamparé en la pared- pienso al desconectarlo y retirando las sabanas que me cubrían.
Bajo a la cocina a saludar a mi madre, ya que se me hizo raro despertarme y no oír como se preparaba el desayuno, al entrar veo una nota que dice: Carla, hoy tu padre y yo tuvimos que ir a la ciudad a hacer unas compras, ten cuidado de no perder el transporte. Besos:Mamá.
Odio odio y odio que me traten como a una niña pequeña, que se cree ¿qué por un día que ella no este voy a perder el transporte? jaaaa que no me haga reír, dejo la nota en su sitio y miro la hora, las 7:21... Todo perfecto... Vuelvo a mirarla ¡¿las 7:22?!¡El transporte viene a las 7:30!Corro a mi habitación me desvisto y me pongo la primera ropa que encuentro ¡¿cómo puedo tener tan mala suerte!?
Al acabar cojo la mochila que la noche anterior había dejado tirada encima de la mesa, busco algo de dinero para el almuerzo y bajo, estuve apunto de caerme por las escaleras -benditas barandillas- pensé, salí corriendo hasta llegar a la parada y vi como la furgoneta empezaba a alejarse... No me quedaba otra... Tenía que correr, y eso hice, empecé a correr y a gritar para que por un casual me escucharan y pararan. Por fin, después de correrme los 100 metros lisos, frenaron y pude subir.
-Buenos días Carla, casi te dejamos aquí-dijo el conductor del taxi que se llama Jorge, el era de estatura baja, rubio y ojos verdes.
-¡Casi!-grite- me habéis hecho prepararme para los juegos olímpicos-me senté en mi sitio- fue un milagro que frenaras...
-Da gracias a Antonio, si no fuera por el te habrías quedado aquí-me quedo pensativa.... ¿Antonio? No conozco a ninguno... O, si, mi nuevo vecino, el cual se mudo ayer. Me giro hacia él.
-Muchas gracias te debo una -esbozo una pequeña sonrisa-
-De nada... -dice él, se nota que es un chico tímido, es alto, con los ojos azules y el pelo marrón.
Decido dejarle por el momento, se nota que no se siente cómodo en estos momentos. Solo se escuchan los motores de la furgoneta hasta que Jorge rompe el silencio.
-Y bueno, ¿a qué instituto vais a ir?
-Jorge, llevo desde el año pasado en este transporte y sabes perfectamente que yo voy al Luca de Tena.
-Uy perdoneme señorita perfecta -ruedo los ojos y miro a Antonio-
-¿Y tu? ¿A que instituto irás?-le pregunto
-Al Luca de Tena también -dice mirándome-

El Secreto De Mi VecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora