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-así que, ¿está en coma?-. Preguntó la chica de cabellos naranjas  mientras se recargaba en el pared.

-así es-. Respondió Luffy, quien jugaba con un pequeño renito de nariz azul.

-es una lástima, es una bella chica-. Declaró el rubio que bailaba mientras observaba a la chica que yacía en la camilla.

Los llamados "nakamas" de Luffy se habían puesto de acuerdo para ir a visitarlo ese día, y cómo era de esperarse la chica peli (c/p) se convirtió en tema de conversación después de los no tan breves saludos.

-¿alguien sabe dónde está zoro?-. Preguntó un chico de piel morena y nariz larga cambiando drásticamente la conversación.

-de seguro se perdió-. Está vez contestó una mujer pelinegra de ojos azules y nariz definida.

-no Robin- San, Los edificios se movieron de su lugar, yohohohoho-. Después de esta mención empezó una discusión en la habitación con la excusa de haber ofendido a la pelinegra al contradecirla, a pesar de que ella solo reía ante la cómica situación.

Cuando Zoro llegó tan solo quedaban treinta minutos del horarios de visita, los cuáles no desaprovecharon el absoluto para burlarse de su sentido de la orientación  y que el rubio se peleara con el campeón de Kendo, después de varias advertencias por parte de los médicos dejaron de discutir.

Cuando todos se marcharon Luffy tomó sus muletas y se sentó al lado de su compañera de habitación, y como solía hacerlo todos los días desde que había llegado, empezó a contarle historias. Algunas de sus aventuras, otras historias que creaba cuando se aburría en clase de biología o matemáticas. Incluso algunas mentiras de Ussop, las cuales, el aún creía que eran verdaderas, las contaba con el entusiasmo que solo un niño puede tener y eso hacía que (t/n) tuviera más ganas de despertar. Ansiaba conocer al dueño de la voz que contaba sus anécdotas, al dueño de la risa que la contagiaba y la hacía reír por dentro, la voz que estaba todos los días sin falta a su lado, y no he sostenía su mano mientras jugaba con ella o jalaba delicadamente sus dedos.

Sus padres la visitaban, no muy seguido ya que su trabajo lo impedía. Sus dos padres trabajaban, aveces demasiado para el gusto de (t/n). No eran pobres, sin embargo tampoco podían darse grandes lujos, en palabras de (t/n) eran standard.

sin embargo para ella ese contacto con Luffy, era especial. Aunque no podía moverse o hablar, podía escuchar e imaginar, su mente estaba atenta a cualquier palabra que pronunciará, y cada vez la oscuridad de sus ojos se hacía menos espesa. Cuando despertara, ella esperaba verlo y hablar con el.

La misma rutina se repitió unos días más hasta que sucedió una anomalía en el estado de (t/n). Los signos de la (c/p) empezaron a danzar de una manera irregular en el monitor durante una de las historias diarias. Luffy, quién se percató de los signos no dudó en llamar a alguna enfermera, asustado y preocupado por la situación de la chica esperó a las enfermeras mientras le susurraba palabras de ánimo.

Cuando las enfermeras llegaron, miraron alarmadas los signos de la chica y sacaron a Luffy de la habitación mientras llamaban a los médicos en turno. Se ent robaba aterrado, los peores escenarios posibles pasaron por su mente.

Sin embargo el moreno  solo podía  esperar recargado en la pared exterior del cuarto mientras mordía sus uñas y sollozaba preocupado.

Las horas pasaban, las puertas no se abrían, se escuchaba movimiento dentro, y nadie salía a informar nada. Sabía que Torao estaba dentro, eso lo tranquilizaba levemente.
Todo lo que Luffy hacía era esperar mientras jugaba nerviosamente con su sombrero o miraba fijamente la puerta en espera de que está se abriera y saliera algún médico con la noticia de que su futura amiga había despertado, y ahora podría jugar con ella. Luffy podía no entender muchas cosas, pero algo que entendía y lo hacía angustiarse en este momento era el hecho de que (t/n) podía no salir de esa situación. Esa sensación era demasiado para el chico, quién ya ni siquiera se percataba de que lloraba.

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Les juro que planeaba actualizar antes, de verdad lo iba a hacer, pero a mi celular le calló agua y después de una semana en arroz logró prender, no sé cómo es que sigue vivo, pero no me quejo.
Bye bye.

Gracias a ti (luffy y tú) (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora