2.

47 4 10
                                    

Viernes 10 de Marzo 2017.

Capítulo 2.

Al lo largo de nuestra vida pensamos en nuestro futuro y en múltiples cosas..

Y hoy me he parado a pensar en él otro lado de la vida, algunos lo suelen nombrar cómo “el más allá” o con otras denominaciones, yo voy al grano y lo llamo por su nombre, la muerte.

Es esa palabra que con tan sólo escucharla te puede helar la sangre o hacerte llorar.

Es increíble ¿no crees?

Cómo la muerte, en cuestión de segundos, minutos, horas e incluso días se puede llevar a una persona, así de fácil. 

Y así fue como se llevo a mi única amiga, Nicole.

Era un día como cualquier otro, Nicole siempre venías a mi casa y me esperabas hasta que yo saliese, pero ese día no viniste, tampoco fuiste al Instituto, ni saliste de tu casa. No te vi por ningún sitio.

Sabía que algo fallaba, algo no iba bien y decidí visitarte después de salir del Instituto, ya que vivías a tan sólo unos cuantos metros de mi casa, pero nadie me abría la dichosa puerta entonces decidí irme.

Pasaron 30 minutos aproximadamente y escuché pasar a una ambulancia, decidí no darle importancia ya que en nuestro vecindario había gente anciana y se solían caer u otro tipo de cosas habitualmente.

Pero esa ambulancia iba a tu casa, iba a por ti, te habías suicidado Nicole.

Me di cuenta cuándo fui a tirar la basura, había una enorme multitud rodeando tu casa, incluso habían cámaras, a ti te gustaban las fotos..

Me resultó extraño así que me acerqué, y pregunté a un policía.

—¿Qué ha pasado? —pregunte, intrigada y con escalofríos que me recorrían la espalda.

A lo que me ignoró y siguió hablando por su walkie talkie, mi cabeza estaba llena de preguntas y apunto de estallar temiéndome lo peor de todos los casos.

Pregunté y pregunté e incluso grité y nadie me quiso decir nada.

Hasta que vi tú cuerpo envuelto salir en una camilla y seguidamente a tus padres sollozando. En ese momento no me lo podía creer, sólo me límite a observar como te ibas alejando de mi, y de todos en el camión de la ambulancia.

Los médicos intentaron hacer todo lo posible, pero lograrlo era un milagro, tú destino ya estaba sentenciado.

Lo hiciste de la peor manera, disparándote un balazo en la cabeza, así mismo destrozandote la cara y parte de tu cabeza. Tú pelo se había llenado de sangre y te veías pálida..

De repente todo se veía borroso, y las lágrimas recorrían mis mejillas, lloraba en silencio.

Días después todo el Instituto lo sabía, y te habían hecho un altar con flores y varias dedicatorias, pero eso no cambiaba nada en absoluto.

Y aquí estoy en tu entierro, con tu familia y amigos/as entre ellos yo. Aún nadie sabe el por qué de tu acto, nadie se lo esperaba, y nos has dejado con el alma en pena, y a mi me ha afectado bastante.

Espero que estés donde estés, seas feliz porque te lo mereces, gracias por ser mi única amiga, Nicole.




Polos opuestos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora