Cómo encontré el diario

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Aquel cuaderno del que les hablo estaba bajo unos ladrillos de una pared derrumbada, pared que sostenía la puerta para entrar al cuarto (el que no está separado de la estructura). Moví los ladrillos para hacer un pequeño asiento con ellos y bajo uno de ellos salía la esquina de una hoja de papel arrugada y húmeda. La desenterré y para mi sorpresa no era una hoja, sino un cuaderno completo. El cuaderno estaba cubierto de una capa de barro y gusanos, no tenía la pasta que protege a las hojas y no tenía escritos en la primer hoja.

El cuaderno me pareció un hallazgo interesante, pero no muy útil, así que lo guarde en una bolsa de plástico verde y la metí a mi mochila.
Ese día iba yo solo, ningún amigo había querido acompañarme por suerte.
Cuando llegué a casa abrí ansioso la mochila para investigar lo que  en el cuaderno había.
Como el cuaderno estaba muy húmedo decidí dejarlo secar el resto del día y toda la noche para que se secara y no se desgarrara cuando lo abriera.

Al día siguiente a las 3:30 pm aproximadamente tomé al cuaderno que aún húmedo estaba.
No me importó y pasé las primeras cinco páginas que estaban vacías, en blanco.
La sexta página tenía, aunque borroso, un dibujo. Parecía hecho por un pequeño niño.
Después de el dibujo podía leerse "mi diario".

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⏰ Última actualización: Mar 11, 2017 ⏰

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