Sing to the moon (exo)

capítulo 1

Hola! Espero lean esta historia la cual escribo con mucho amor, no saben lo feliz que estoy n.n espero les guste y perdonen cualquier error, haganme saber si les gusta n.n sin más lean y opinen.

__________________________________

Sing to the Moon

     Colmillos muerden aquel duro metal; desesperados por ser libres sangran sobre los barrotes, lloran a la luna por libertad. Desde cachorros pelean, abandonados por la luz extrañan a sus padres. La Luna, su madre les abandona en la oscuridad. Tiemblan ante los gritos de pelea, gimen de miedo al ser alguna clase de entretenimiento... Gladiadores. ¿Enfermos? Sí, enfermos aquellos seres que ignoran su humanidad. Ellos también sienten, son humanos, ¿por que no lo ven?, también son hijos del Sol. Aquellos cachorros cantan a la inmensa y blanca luna llena. Cantan pidiéndole a su madre amor y libertad.

      La luna alta en el cielo cuida a sus hijos. La Madre Luna les observa y es capaz de sentir compasión ante lo que ve. Maldice la vez del eclipse en el cual se dejó llevar por los deseos del Sol, maldice al Sol por tener hijos tan despiadados, maldice que el sol no haga nada por salvar a sus cachorros. Su blancura y brillo se escapa al sentir la tristeza de sus niños. Odia a los hijos del Sol. Los humanos son crueles y con su impotencia ve a sus cachorros morir poco a poco.

   Aquel cachorro de blanco pelaje llora, llora al ser metido en una habitación, la oscuridad le debilita y sus adentros tiemblan al sentirse vulnerable. Es obligado a mostrar su jugosa figura humana y la Luna, la Luna es testigo de la última gota de inocencia que su cachorro pierde. Su marcada blanca piel con saliva seca es besada por la luz de la luna. En un desesperado intento de ésta por darle su apoyo y consolarlo por ser testigo del dolor con suciedad que esa noche trae, la luna acaricia con su resplandeciente luz a su amado Baekhyun, su hermoso hijo que sabe que le necesita.

      Los cachorros favoritos del público enfermo, uno mayor de pelaje rubio y otro de tamaño más grande de pelaje café pelean, pelan por sobrevivir otra noche de sangre. Entre todos los rabiosos lobos atacan, matan los que son sus oponentes en aquella arena teñida con sangre. En equipo pelean por su supervivencia y con confianza se apoyan, nunca separados están, cuidando del otro desde lo que su memoria les permite recordar. La Luna es testigo de sus victorias pero es más testigo de sus heridas; de las noches en lágrimas llenas de dolor, en noches donde tiemblan por el frío y en las que los hijos del Sol les obligan a pelear de nuevo, aún heridos. Kai y Luhan ante la Luna, cantando por piedad en sus vidas, queriendo hacer desaparecer las cadenas.

    El gran lobo negro, amado por la Luna y el tiempo, con ojos nacidos del odio por la opresión, hace temblar a los hijos del Sol. Gruñe por la cercanía de aquellos que odia, con odio saliendo como vapor caliente en su boca maldice. En su ser, se encuentra la amargura y soledad más pura, la oscuridad revuelta con fuego reina ante el miedo a morir. No quiere morir sin conocer a la pareja que su madre la Luna con mucho amor le brindó, con miedo a pudrirse sólo en aquella jaula. Con miedo de acabar con los ojos sin alma, como los que posee el lobo de pelaje blanco, con miedo de ver la sangre con normalidad, Kris tiene miedo y la Luna lo sabe.

     La tormenta acompaña la ira de aquel joven cachorro con pelaje anormalmente marrón junto aquellos dorados ojos llenos de rabia quien sólo pide agua para su hermano mayor. Sólo eso y aquellos hombres le hacen pelear por un vaso de agua. Necesita salvar de la deshidratación a su hermano, no puede permitirle morir y dejarle sólo. Esos malditos hijos del Sol lo saben, saben que necesita a la Madre Agua para vivir. Esos hombres quieren matar a su hermano para hacerle más vulnerable; pero la Luna le dice que pelee, la Madre Agua le ayudará a salvar a su hermano. Aunque sea con una gota de su elixir que consiga, la Luna acaricia y nutre su ser con su luz, la tormenta aumenta con estruendosos rayos por doquier. La Luna ama a sus hijos destructores. Chen y Suho brillan cual diamante, la Luna les ama.

      Todos lloran y cantan a la Luna. Su madre les cubre con luz y ellos ruegan por algo. Lo único que deben de saber es que la Luna les ama.