capítulo 2.

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Sing to the moon

    La luna llora, en pena su brillo se opaca, los hijos del Sol lastiman a sus cachorros, añora su libertad y en desesperación grita a las otras madres ayuda; se deja consolar por los padres y madres. En su pureza no se permite dejar en la opresión a sus hijos, susurros salen de su ser;pidiendo ayuda se encuentra, llora y se deja abrazar por las nubes. El padre viento escucha su problema y con sus brazos localiza a su pequeño. Con fuerza le llama y aquel hijo de la luna se detiene escuchando su llamado.

     Aquel cachorro de pelaje rubio cierra sus ojos y acariciado por el padre viento escucha el pedido de su madre luna, aulla y el padre viendo enloquece, apoderado por la luna y el viento corre, con velocidad y fuerza se mueve. La luna sonríe y agradece la ayuda del viento, brilla ante la imagen de su cachorro libre. Sehun, su pequeño y el menor de sus cachorros siempre fue fiel, su valentía se ganó al padre viento y amado por el viejo señor: espacio se llenó de poder. Con ternura posó su mirada en su pequeño sehun y se llenó de amor al verle correr hacia el lobo de cabellos color miel, acarició el cuello de este con su propio cuello en señal de su cariño. Lay, su amado lay; siempre delicado y al mismo tiempo fuerte, amable pero peligroso. Su amado lay siempre había cuidado a su pequeño sehun y aunque con su luz le dio amor, sehun siempre mimado prefería los brazos de lay. Entre aullidos y ráfagas la luna se da cuenta, ante el juramento de sus cachorros llora. Le ayudarán, irán por sus hijos. Aprisionados por aquellos despiadados, pelearan y liberarán aquellas cadenas.

     Un alto canto le hace voltear su mirada en las aldeas de los hijos de sol, se detiene sin poder creer lo que ve, su hijo de fuego hace resplandecer su ser. Su respiración rápida aviva el fuego en su interior, el lobo con pelaje rojizo es salvaje en su lucha, acorralado por los hijos del Sol muestra sus ensangrentados colmillos, residuos de carne en su hocico traen el olor a muerte, los hijos del Sol corren horrorizados ante el desastre, aquel lobo a destruido todo a su paso.

       Lleno de calor acapara todo rastro de olores, su flamante mirada se posa en la tierra de los hijos del Sol que aprisionan a sus cachorros. Ruge y posa sus rojos ojos de fuego en su madre la luna, canta y su madre se siente en paz, el padre fuego le a contado a su hijo sus preocupaciones y su amado Chanyeol a ido con desespero a ayudarle. Con la ira llenando su ser y esa sensación burbujeante se llena de poder, impulsado por el padre fuego corre e iluminado por su madre luna, aulla, canta. Siguiendo ese olor, Chanyeol canta ante la luna por su luz, por el portal al cielo que los hijos de la luna tenían aprisionado, clama por llegar a tiempo para salvarle, salvar al hijo más puro de la luna, al que tenía la luz de la luna en sus manos.
   
       La madre tierra tiembla, seducida por los pasos rápidos del hijo de la luna, cada tortuoso movimiento del cachorro mueve su ser. Al oírle cantar a la luna se llena de celos pero calla al sentirle correr por todo su ser. El cachorro de pelaje negro y blanco hacen estremecer a la madre tierra, sus ojos penetrantes buscan algo en específico con desespero y la madre tierra enloquece. El tiempo se detiene y otro cachorro de pelaje gris aparece, cantan a la luna y su madre no tarda en acarciarles con su brillo.
Amados por la madre tierra y el viejo señor tiempo:  se hicieron fuertes, la Luna les pide ayuda a sus cachorros y con cantos aceptan cualquier petición de su madre. Kyungsoo y tao, sus más obedientes hijos le miran decididos a darle libertad a sus otros cachorros y la luna se siente agradecida.

       Ante la luz de la luna, sus azules ojos resplandecen su blanco pelaje es acariciado por las frías corrientes de aire de la solitaria y congelada montaña. Temeroso de los hijos del Sol se esconde, dueño del frío y la soledad se pierde, llora a la luna por piedad, canta por compañía y la luna acuna a su hijo.
La Luna susurra por ayuda a su pequeño xiumin y su hijo le mira lleno de ilusión, con una sonrisa en sus ojos siente que sus noches frías de soledad se acabaron y la luna sonríe por la felicidad que ve en su hijo ahora.

       La luna orgullosa de sus hijos brilla, como nunca lo había hecho, ilumina y acaricia a sus encadenados cachorros, consolandoles con palabras de libertad y estos le cantan con la ultima pizca de fe que les queda.

Sing to the moon (exo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora