Este no es el fin [Fanfic Mangel] (Adaptada)

Capítulo 1.-

Débora comenzó a caminar por su habitación era grande. sola y estaba muy oscura, una lámpara de pie muy elegante iluminaba bajamente la habitación, podía sentir como la presión de la soledad la aplastaba, camino por la habitación descalza y se sitúo frente al espejo, soltó su cabello castaño que cayó hasta casi su cintura, se sacó su remera blanca que llevaba encima y se miró fijamente en el espejo, sintió como su corazón se partía, y una lagrima lenta y caliente rodaba por su mejilla, estaba muy dolida, y ya no creía en el amor, había pensado que todo era una basura, su ex novio Liam, al que creía que sería el hombre de su vida, la había tratado como la peor cosa que podría existir en la tierra, por no haber querido acostarse con el antes del matrimonio. Se abrazó con los brazos, sentía frío y esa soledad estaba ahí de nuevo.

No tenía con quien confiar y menos contarle sus cosas su madre, después de la dolorosa separación que habían tenido con su padre se había dedicado de ir fiesta en fiesta, acostándose con distintos hombres, eso a Débora le aprecia repugnante, derrochaba gran cantidad de dinero en parrandas y hoteles para el sexo, un profundo dolor volvió a sumirse en el corazón de Débora, tampoco había una amiga sincera que la apoyara en todo, ellas solo querían estar con ella por su gran popularidad, belleza que atraía a muchos chicos, pero todos con las mismas intenciones sucias de Liam sexo y dinero. Recordó como extrañaba, levantarse por la mañana, estando sus dos padres diciéndole que subiera al auto y que se les hacía tarde, extrañaba esos momentos en familia, extrañaba a Julissa que se había casado y no sabía de ella hacia un muchísimo tiempo ya; era la única amiga que recordaba y extrañaba a Liam, pero sus pensamientos fueron abruptamente desaparecidos, por unas fuertes risotadas que provenían del vestíbulo, era su madre. Débora sintió un gran desprecio y salió de su habitación hecha una furia, cerró la puerta con fuerza, y bajo las escaleras que parecían las de un palacio, cuando ya había llegado abajo recordó que no llevaba remera, eso no importaba.

Una vez más su madre daba un espectáculo, estaba acompañaba de dos jóvenes de unos veintiséis años, eran guapos y de amplio torso, venían sin remera, ellos clavaron su mirada en Débora y como no evitarlo, Débora era una completa escultura, su pelo, sus ojos y su piel, la forma de sus caderas y sus perfectas curvas parecían talladas. Débora volvió la vista a su madre, que llevaba su vestido blanco mojado y una botella de champaña caro en la mano, riéndose como desquiciada.

-¡¿Que pasa ahora!? -grito Débora acercándose a su madre-

- Débora querida ¡diviértete! vamos –dijo dándole un pequeño empujón- Disfruta la vida, mira te presto a Diego, es excelente en la cama  -dijo su madre-

-¿Eso tú lo sabes muy bien no? –Le contestó Débora girando los ojos-

-Bueno ya Débora bájale al escándalo –su madre empujó a diego hacia ella-

-¿Qué te pasa, estúpido? - Débora empujó a diego y lo abofeteo ya que había tocado su trasero-

-¡Débora hija diviértete se feliz!

-Bueno, ¡ya se acabó el show, todos afuera!-gritó Débora desesperada-

-No, ¡esta es mi casa! y ellos se quedan –Dijo Sara gritando -

-Pareces una perra ¿sabes? –Le contestó Débora mirándola con sus ojos a punto de largar lágrimas-

-A mí no me trates así –Sara le page a Débora una cachetada- ¡Me tienes harta! ¿Sabes? ¡Tú no entiendes lo que es que tu marido se valla con tu mejor amiga! Déjame vivir

-Esa no es una razón por la cual debas comportarte como una maldita zorra – Le contestó Débora

- Débora anda arriba y arregla tus maletas, te vas con tu padre ¡me tienes harta! –Sara salió de la casa con los dos hombres, se dio vuelta antes de irse - ¡Tienes veinticuatro horas!

-Mamá...-murmuro Débora entre lágrimas pero su madre ya se había ido, no lo podía creer, su madre la había echado de la casa como si fuera una basura, esta vez Débora si se sentía sola, abandonada, triste, sin duda la vida en esos momentos era una basura.

Subió la escalera con paso lentos, su cuerpo por completo tiritaba, iba sujetada a la baranda, en cualquier momento podía desvanecerse, se sentía tristura, desde la cabeza a la punta de los pies. No había explicación, para tanto dolor, quería un abrazo sincero, alguien que pudieses apoyarla sin buscar nada a cambio, pero no había nada ahí estaba sola.

Entro a su habitación, ahí había tantos recuerdos, desde pequeña había tenido todo. Y fue cuando se preguntó si alguna vez había sido completamente feliz. Probablemente lo fue algún día, pero ahora su corazón estaba marchito. Camino hacia su armario, y saco sus maletas, comenzó a guardar su ropa, sentada en el suelo; se sentía tan basura, tan poco mujer, se sentía tan poca cosa, sus lágrimas una vez más corrían por sus mejillas, estaba guardando unos short, cuando encontró entre ellos su ultimo diario de vida. Cuando tenía catorce, lo miro por unos segundos era hermoso, estaba forrado de cuero italiano, su padre se lo había traído en un viaje de negocios, ahí encajado en ello, estaba una pluma recubierta de plata que dejaba salir una tinta gris brillante, con un existió aroma. Lo abrió lentamente, en la primera hoja sintió que el alma se le estremecía, y comenzó a leer las páginas, sin darse cuenta como la hora avanzaba.

Después de haber leído las ultimas paginas donde la tinta estaba esparcida, recordó que en las ultimas paginas hablaba de la separación de sus padres y lo mucho que había llorado esa noche sobre su diario y fue en ese momento donde cerro su corazón y dejo de escribir, aún le quedaban hojas en blanco, Débora necesitaba con suma urgencia desahogarse en alguien o algo, pensó que tal vez ya estaba muy grande para escribir en un diario de vida pero era su única salida o terminaría muerta. Estaba aburrida de su vida y tal vez esa era su última posibilidad de salir adelante. Termino sus maletas, se puso una remera simple lila, con unos short de jeans y sandalias y en su bolso negro guardó su diario, la pluma y una foto familiar, era la única que tenía el último recuerdo de cuando era feliz o eso creía. Tomo sus maletas y camino hasta la puerta, apago al luz echando el ultimo vistazo, eso se sentía triste, camino por el pasillo y bajo las escaleras, ya era de completo día, el reloj marcaba las diez, abrió la puerta y salió sin mirar atrás.

La limosina negra la esperaba, bajo los escalones y vio que su madre ya había vuelto se había asomado a la gran puerta, Débora le entrego sus cosas al chofer para que las pusiera en la limusina, dio la vuelta y miro por ultima vez la mansión y su madre, sintió un dolor profundo y se aferró con fuerzas a su bolso tratando de buscar protección en algo, miro a los ojos a su madre desde la distancia.

-Quédate -dijo su madre desde la puerta con una copa de champaña en la mano y una lágrima corrió por la mejilla de Sara-

-Demasiado tarde -murmuro Débora dándose vueltas hacia la limosina, sintiendo como sus lágrimas caían con fuerzas por sus mejillas, sus lentes de sol ayudaban en algo a tapar sus hinchados ojos-

-Suerte Débora -dijo su madre levantando la copa en forma de brindis- En ese viaje encontraras cosas buenas. Lo siento mucho.

 Débora no pronuncio palabra y subió a la limosina, la puerta se cerró como un estruendo, miro por la ventana oscura, mientras el coche se echaba a andar así paso un largo rato, con la vista en la nada pensando en nada.
Llego al aeropuerto, los hombres volteaban a mirar a Débora, pero eso no le interesaba, arrastro las maletas y subió al avión.

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Hola a todo er mundoo, mi nombre es mica y he decidido subir una fanfic de mangel es adaptada ya que a mi no me gustaría que alguién copie lo que es mio y se adueñe puse que era adaptada; la autora se llama kas y la novela es originalmente idea de ella, yo solo cambie algunas cosas que no me gustaban como que habían muchas comas, y errores de ortografía y también el nombre. Espero que les guste y voten! :]