CAPÍTULO 1

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   «Y podría haber continuado Eduard con su vida. Llena de adrenalina, aventuras y fortunas. Sin embargo, una estrella apareció en su vida. Una que brillaba más que ninguna a sus ojos. Y la única que iluminó su camino, a pesar de que vivía en las sombras

  «No puede acabar así. No puede ser que haya dejado su vida por una mujer...» Rodrigo se negaba creerlo. Volvió a leer aquella última página que tanto detestó de un libro que lo tuvo horas cautivo. La leyó y releyó tres veces. Saboreando el sabor de cada palabra, el cual se hacía más amargo a medida que se aproximaba al punto y final. Hojeó por última vez todas sus páginas. Captando el olor del papel. Olía a misterio, a estafas, a cafés y a aventuras. Cerró el libro y contempló unos segundos la portada. "Eduard Malone". Un título y un personaje que jamás olvidaría.

   Libro en mano y con su cabeza llena de interrogantes sobre el final (y por qué no, un poco frustrado) Rodrigo, bajo las miradas de varias admiradoras, salía de la biblioteca rumbo a la sala de profesores a buscar respuestas.

   -¿Buscas a alguien, muchacho?- le preguntó el director.

   -Marco Karsten, señor. Profesor de castellano de cuarto de la ESO, por favor.

   El director le dedicó un gesto adornado con una cordial sonrisa para hacer saber a Rodrigo que esperara. Al minuto, un señor con una cantidad considerable de canas y un bigote francés se asomaba por la puerta.

   -Señor Freud, que alegría que al fin venga alguien a buscarme.- el profesor le dedicó una sonrisa pintoresca. - Y, siendo usted, concluyo que no será para quejarse de su último examen como suele ocurrir con los demás chavales.

   Por algún motivo a Rodrigo las palabra "chavales" le sonaba extraña en boca de un profesor.

   -Y bien, - volvió a retomar la conversación el profesor. - ¿En qué puedo ayudarle?

   -Acabo de leer el final del libro que mandó.

   -Pero, señor Freud, eso es estupendo. - le interrumpió demostrando su alegría y orgullo. - Mi más sincera enhorabuena. Y aún tiene tiempo de sobra para aprenderse la historia de Bécquer.

   -No es maravilloso, señor.- dijo Rodrigo bajo la mirada confusa del profesor. - El final. No pueden terminar así un libro. ¿Cómo termina de esa forma el libro?

   -Supongo que no le ha hecho ilusión el desenlace por el final abierto. - suspiró - Verá señor Freud, el estafador Malone dijo que no quería hacer nada público de su vida posterior a su viaje a La India. La última peripecia contada en el libro, como ya sabrá.

   Rodrigo abrió los ojos de la incredulidad.

   -¿Eduard Malone...- comenzó - realmente existió?

   El profesor Karsten le sonrió y le indicó que entrara a la sala de profesores.

   -Siéntese, señor Freud. - le señaló una silla. - Usted tecleará más rápido que yo.

   Rodrigo cedió y tecleó el nombre del estafador en el buscador. ¿Cómo no se le habría ocurrido? A pesar de no habérsele ocurrido él, la búsqueda no fue fructífera. Efectivamente. Hubo un estafador que se dedicaba a viajar por casinos de todo el mundo  Eduard Malone. Tal y como decía Karsten, tras su viaje a La India, no había nada más. Bueno, solo un acontecimiento más. Su muerte. Había un margen de años. ¿Qué llegó a la vida de Malone que hizo de ella algo confidencial? Ni tan solo la policía guardaba más información sobre el buscado estafador. Él mismo se había hecho desaparecer. Se mudó a las sombras de alguna parte del mundo.

   -Pero...

   En ese momento la campana tocó y comenzó a sonar la canción que indicaba el final del primer descanso.

   -Señor Freud,- le interrumpió seguidamente.- no se apure, me toca clase con su grupo. Hablaremos al final de clase. Por el momento, haga caso a un viejo que a poco está de ser momia y guarde este misterio para usted. Sea avaro y egoísta con él.

   Rodrigo fijo su azul mirada en la gris y alegre de su profesor. Miró la pantalla con la poca información de Malone y asintió. No era consciente de a que se refería su profesor al decir "por el momento." Subió a clase (ignorando otras tantas miradas) y esperó de nuevo al profesor que acababa de ver.

A la pista de un estafadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora