Cinco

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Algún lugar lleno de máquinas, 12 de Junio de 2016.

Querido Thiago.

Te quiero contar cómo empezó mi amor hacia ti. Creo que nunca te relaté la historia.

Fue en Septiembre del 2014. Teníamos 16 años, tú estábas en el equipo de lacrosse. Yo, sólo te observaba desde las gradas. Escondida. Siempre quise hablarte, pero fui cobarde. Nadie me daba consejos, nadie me decía las cosas que te gustaban. Todo lo descubrí por mí misma.

Nunca nadie me ayudó.

Pero, esa misma tarde; Al terminar el partido, me quedé en el gimnasio, dormida. Lo sé, suena patético. Pero en la casa, no lograba conciliar el sueño debido a los gritos de mis padres. Cuando desperté, el gimnasio estaba vacío y oscuro. Odiaba la oscuridad. Entré en pánico al pensar que me había quedado encerrada en la escuela, junto con la oscuridad. De pronto, las luces empezaron a parpadear, inmediatamente grité.

En ese momento, saliste del baño de los hombres. Con el torso desnudo, y la toalla enredada en la cintura; de tu negro cabello se resbalaban gotas de agua.Simplemente, parecías un maldito ángel. Recuerdo cómo la sangre subió a mis mejillas, y como ya sabrás, me desmayé. Pero en vez de sentir el impacto sobre el piso de piedra, me atrapaste en tus brazos. Desperté en tu habitación. ¿Por qué me llevaste ahí? Estábas a mi lado, sosteniendo mi mano. Juro que ese fue el mejor momento de mi vida. Al notar mis movimientos, te despertaste. Aunque talvez olvides aquella conversación, yo no la olvidaré...

—Willow, ¿te encuentras bien?—tus hermosos ojos azules me estudiaban, con algo de preocupación.

—¿Cómo sabes mi nombre?—balbucié nerviosa.

—¿Por qué no saberlo? Digo, eres el promedio más alto de toda la clase. ¿Quién no conocería tu nombre?—sonreíste.

—Yo no sé tu nombre—mentí.

—Thiago Sanders—te acercaste a mi oído, y susurraste—Pero, estoy seguro que tú lo sabes. ¿no es así, Willow? Ahora, descansa. Mañana tenemos instituto.

—Necesito llamar a mis padres, para que me vengan a recoger—murmuré. Se me dificultó hablar, contigo en la misma habitación.

—Ya los llamé. Estuvieron de acuerdo. Hoy dormirás aquí.

Luego te fuíste.

Es estúpido llorar al escribir esto, pero vamos. Los dos sabemos que soy estúpida.

Atentamente: Willow.


[Dolencia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora