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- Ok amiga, hablamos en un rato que el metro va a entrar al túnel y tú sabes que este aparato raro pierde señal - oí su risa desde el otro lado de la llamada antes de cortar.

Guardé el móvil que utilizo para llamadas en mi bolsillo trasero y del mismo saqué mi otro móvil de tamaño mayor, el cual uso para oír música y leer en Wattpad si no tengo un libro cerca.

Me puse los audífonos, encendí el reproductor y comencé a leer.

Iba concentrado leyendo la problemática historia acerca de un joven llamado Derek Gibson que ni cuenta me di cuando el metro-tren se detuvo en la estación. No sabía si era la segunda, tercera o cuarta estación del segundo tramo, solo sé que sentí la necesidad de mirar a mi derecha para observar quien era la persona que cruzaba la primera puerta del segundo vagón.

Como era de esperar, mis sentidos no me engañaban.

Un chico de estatura un poco menor a la mía acababa de ingresar con su mochila gris. Llevaba una polera negra con líneas horizontales de distinto tamaño, la mayoría en tonos grises excepto dos de color verde situadas arriba y abajo de ella, y un pantalón similar al color café mostaza.

"Que hermoso" pienso.

Cuando estás acostumbrado a observar a los chicos guapos que pasan a tu lado a veces no necesitas estar al pendiente para mirarlos, sino más bien, sientes cuando alguno está cerca. Esta ocasión es una de aquellas, una ocasión muy especial.

Me quedé viendo como este chico de gruesos labios se hacía espacio entre la multitud quedando frente de la puerta y de mí, pero en medio de ambos.

Ya bien situado, mete sus manos en sus bolsillos, saca de uno su celular y del otro sus audífonos. Con su derecha tomó el conector de este último para meterlo por el cuello de su polera, luego levantar la parte baja de ella y tomar el conector desde dentro. No pude apartar mi vista, gracias a ese movimiento por un momento dejó al descubierto su abdomen. No era el abdomen de un personaje de gimnasio o algo por el estilo, pero era justo con el que alguna vez he soñado tener bajo mis manos. Estoy encantado con lo que vi.

La gente se reubica y se hace espacio en el centro del vagón, de seguro se moverá hacia allí. Lo miro mientras se mueve, él me ve y yo aparto la mirada. Se ha quedado justo frente a mí.

Trato de hacer el loco para mirarlo y me aprovecho de mi ubicación para tomarle unas fotos y ver qué hay de interesante en su móvil.

Nuestras miradas se topan nuevamente, mantengo la vista y ahora es él quien la aparta.

Según veo en su móvil, al parecer juega online y ve animé, pues de eso se han tratado los tres videos que ha visto.

Por mi parte abro WhatsApp y le escribo a mi grupo de amigos que tengo un chico frente a mí, les digo "Este chico mola", "Esta sexy", de paso les mando dos de las cuatro fotos que logré tomar sin que se diese cuenta.

Debo admitir que tengo un lado psicópata, pero no es más que un juego de "quien es el más psycho del grupo" y el que lleva el trono en su poder no es más ni menos que este psicópata empedernido.

Tomo nuevamente mi móvil para leer en Wattpad.

No obstante, no me puedo concentrar, él me desconectó totalmente con su perfecta imagen, además que puedo sentir lo que es su perfume o el pH de su piel, un aroma embriagante y dulzón.

Es normal que pierda el hilo de una lectura o conversación cuando me topo con algún tipo guapo, pero fácilmente vuelvo a tierra y me conecto otra vez, sin embargo, este chico tiene algo, un sex appeal fuerte o sus hormonas muy fuertes que me tienen la mente revolucionada.

Entre mirada y mirada me doy cuenta que su piel se ve tan suave que me dan ganas de acariciarlo, sus grandes y a la vez delicadas manos también me han dejado encantado.

Sus brazos y hombros "¡Que ganas de morderlos!" grito en mi mente.

Me ha pillado mirándolo otra vez, pero que ojos más hermosos. Miro hacia la ventana tras de él y recuerdo que tengo un mensaje pendiente en WhatsApp.

Me río por el mensaje, una de las chicas del grupo ha dicho que le hable, yo le confieso que a veces me falta coraje.

Se acerca la estación donde debo bajar, él no me ha vuelto a mirar. Quiero acercarme a él para confirmar que el aroma que he sentido es el suyo.

Son varias personas que bajarán, no tengo posibilidad para acercarme. Me aparto para que el chico tome el lugar que tenía yo, me ve de reojo, no se mueve.

El tren para. Lentamente las personas comienzan a bajar, espero que un abuelito avance y en su demora me da la chance que quería. Me apresuro a jugar mi acción de reconocimiento, me muevo muy cerca de él. Sí, el aroma es el suyo. Sonrío.

Avanzo hacia la puerta, él ocupó mi lugar y me está mirando fijamente, no le aparto la mirada hasta salir. Fue todo demasiado rápido.

Mi corazón quedó saltón.

Le escribo a los de mi grupo rápidamente lo que acaba de pasar.

Me responde otra vez la misma chica, dice que tal vez él esperaba que yo le dijese algo.

El tren comienza a moverse, miro hacia donde está él, no logro distinguirlo.

Siento pesar en mi interior "él, él tenía algo, y yo... yo no tuve coraje" me digo pensando.

Dejo que el gentío avance hacía las escaleras, respiro profundo y giro para bajar.

Espero verlo otra vez, algún día.

Me retiro lentamente del andén.

On The TrainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora