Dicen que el amor es ciego, pero jamás te mencionan que puede incluso llegar a ser muy estúpido.
El segundo año estaba por finalizar y seguíamos hablando como ya nos era de costumbre.
Las vacaciones llegaron y no dejábamos de enviarnos mensajes, pero me di cuenta de que lo que decía Sarah era verdad, te escuchaba decirle a otras chicas las mismas palabras que me decías a mi, las mismas promesas, sonriendo como lo hacías conmigo ¿Cómo te puedes sentir bien con eso? ¿Cómo te pude creer?.
Fue cuando deje de responder tus mensajes, maldición! Yo estaba bien sin saber nada de ti, sin recibir mensajes tuyos, elimine nuestras conversaciones, elimine tu número, esto me hacia recordar tus mentiras y créeme que me hacía sentir demasiado estúpida, por que tenias que volverte a aparecer maldición.
"—Quiero que las vacaciones terminen ¿Y sabes por qué? Por que te quiero volver a ver a ti"
Ya no podía creer las cosas que me decías, ya no sabía si me estabas mintiendo o en verdad así lo querías.
Solo era una tonta más que estaba cayendo por ti...
