Capitulo 5: Crecer, ese es mi trabajo

28 3 0
                                    

   El sol quema sin descanso y desinteresado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

   El sol quema sin descanso y desinteresado. Hacer montañas de tierra creo que se puede volver mi habilidad, me río en mi mente. Es agotador cavar para sacar tierra y luego volverla a poner donde estaba. Hoy por la mañana desperté y al paso de algunos minutos un uniformado nos abrió la celda a todos, después de eso solamente nos dejo en un campo sin plantas, nos dijo que cada quien tomara una pala y que se pusiera a escarbar la tierra. El que no alcanzó a tomar una pala esta escarbando con las manos. 

   Jamas en mi vida tuve que cavar para alguien y tampoco para mi. Ya llevo dos horas y siento que me voy a deshidratar, todo el cuerpo me duele (mínimo a comparación de mi tortura de ayer), las manos me arden al igual que los brazos, y para terminar mi camiseta está empapada de sudor. Simplemente por tener cerebro sé que si dejo de trabajar algún guardia uniformado me disparará.  

   Tomo tierra con la pala y la dejo caer en una montaña de tierra que está atrás de mi y así sucesivamente. Hace una media hora me habían salido una ampolla en cada mano... se me acaban de reventar y aun que duelen, no dejo de trabajar.  

   De repente escucho un estruendo grande, siento como se me eleva la adrenalina. Volteo a ver el origen del estruendo y lo que veo es a uno de mis compañeros cavadores elevarse en el aire y que de la tierra sale más tierra disparada hacia el cielo. Me de esa tierra en la camisa. 

   Una vez que el sujeto está en el suelo, miro que está deforme, un poco negro como si lo hubieran manchado de carbón. Algo es seguro. Esta muerto. 

   "Sigue trabajando". Dice alguien que me grita desde atrás. 

- Oh sí, se me olvidaba. El campo en donde están trabajando contiene algunas minas - El terror me invade poco a poco. - La mayoría dejaron de funcionar desde la segunda guerra mundial, pero sera mejor que tengan cuidado, algunas siguen activas - Después de una risa mínima el uniformado deja de hablar.  

   Veo un poco borroso la tierra, y es porque estoy nervioso, me sudan las manos más de lo normal. En eso mientras dejaba caer un puño de tierra, me astillo la mano. Suelto un quejido pequeño. Cuando reviso mi mano veo una astilla de un centímetro más o menos incrustada en mi mano. Trato de sacarla.  

- ¿Te astillaste? - Pregunta mi compañero que está a un lado de mi que ni por ningún motivo he visto que deje de trabajar. 

- Sí - En eso, logro sacar la incomoda astilla. 

- No es razón para que dejes de trabajar, te lo digo por tu bien - Dijo el hombre que parece saber manejar mejor esa pala que yo. 

- Okey okey. Seguiré trabajando - Digo y lo hago . Tomo la pala y sigo lo que había empezado hace dos horas. Formar lomas de tierra.

- Se nota que no tienes mucha experiencia con esta clase de cosas James - Dice sonriendo. Tiene una sonrisa perfecta. Pero no deja de trabajar ni para hablar. Debo de imitarlo. 

   Ya no me impresiona que todos sepan mi nombre. Simplemente es cuestión de tiempo para que se corra el chisme. - La verdad no - 

- Te digo algo que te ayudará - 

- Claro. ¿Qué es? - 

- Dentro de unas horas nos darán un pequeño lujo el cual es dejarnos libres por la zona permitida solo por dos horas, en esas dos horas si quieres puedes caminar, ir a tu celda, si quieres trata de escapar pero dudo mucho que lo logres o que por al menos salgas vivo, varios prisioneros hacen sus cosas de cual quier tipo - Dijo y luego voltea a ver al cadaver de nuestro compañero. - Pobre hombre. La semana pasada había comido con él. Y ahora está muerto -

   Yo jamás lo había visto hasta ahora. Pero también siento pena por él, y ahora más porque con la persona que hablo ahora siente más pena que yo, y es como si el ambiente mismo te lo contagiara. - Oye ¿Cuál es tu nombre? -  Le pregunto sin dejar de trabajar. 

- Mi nombre es Marcus - Hace una pausa y después continúa. - Pues como te decía. En ese receso puedes agarrar unas piedras de esas con las que ocupas llevartelas con las dos manos y con esas has ejercicio, y también has más ejercicio con tu cuerpo. Como lagartijas quizá -  

   El tipo era musculoso, así que sabe de lo que habla. Piel oscura, ojos oscuros, con una gorra estilo escocesa, una camisa y un pantalón con dos cintas que lo sujetaban una en cada hombro. Medía un poco más que yo.  - Pues gracias por el consejo. Creo que lo necesitaré - 

- Mira en esas dos horas ven y acompáñame. Te presentaré a mis amigos - Me dice seriamente.  

   "Nunca es tarde para hacer nuevos amigos". Ese fue mi lema de pequeño. - Okey, ¿Después de comer? -  

- Exacto - Dice y los dos seguimos trabajando. 

Escapando de mi: Toma otro camino #GanaManiaAwards2017IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora